Doña María vigila la capilla: «A quien quiera molestar, lo mando al río; con la Virgen no te metes»

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María López es la guardesa de la capilla de la Virgen de los Dolores del Puente en Málaga
María López es la guardesa de la capilla de la Virgen de los Dolores del Puente en Málaga

Desde hace 18 años, doña María López es la guardesa de la capilla de la Virgen de los Dolores del Puente en Málaga. La abre, cuida y vigila cada día, de lunes a viernes abre la capilla en un horario aproximado de 10 a 12.30 y de 17.15 a 19.30 horas y los sábados solo por la mañana. Se encarga de limpiar la capilla al completo, retirar las flores mustias y vender velas y estampas o rosarios de la cofradía. Atiende a la gente y reza.

Su padre era portugués; su madre, malagueña, del barrio del Perchel. Ella es devota de esta Virgen desde niña, como explica a Alba Rosado en La Opinión de Málaga. «Recuerdo venir a verla cuando solo era una niña y cuando su capilla no parecía más que una casita», dice. En 1991 se hizo una capilla más grande y moderna.

María tiene 80 años. Como guardesa, recibe una propina por parte de la cofradía, y algunas más que dan los fieles que visitan la capilla. Lo hace por devoción y para acercar la Virgen a la gente.

Asegura que no tiene miedo a posibles gamberros o vándalos. «Yo soy muy buena con todo el mundo pero al que viene con ganas de molestar, lo mando al río. Si tienes algún problema, te metes conmigo, pero no con la Virgen», advierte.

De niña emigró con su familia a Barcelona, donde empezó limpiando una farmacia en la que dormía. Recuerda emocionada que las farmacéuticas que la acogieron de niña «fueron muy buenas conmigo». Después, en Gavá, cerca de Barcelona, conocería a su marido. Tuvieron seis hijos y los casaron a todos. Él murió hace 20 años.

Unos sueños especiales con la Virgen

Ya viuda, empezó a tener unos sueños especiales. María soñaba con la Virgen de los Dolores del Puente, la Virgen de su infancia en Málaga. Sentía que ella la llamaba de alguna manera.

«Mis hijos intentaron que no me fuera sola pero yo lo tenía claro. Málaga es mi tierra y sabía de sobra que aquí no me iban a abandonar. Y así fue, Cáritas me buscó una casa y empecé de nuevo mi vida aquí».

La extraña anciana y la llave

Un día fue a ver a la Virgen de Dolores del Puente y se encontró la puerta cerrada. Una mujer mayor rezaba de rodillas a la entrada. María le preguntó cuándo abrían la reja de la capilla. La mujer le dijo que fuera a hablar con Jesús Castellanos, en el interior de la iglesia adyacente. Era el cofundador de la cofradía en los años 80 y uno de sus principales impulsores.

Castellanos acompañó a María a la entrada, intrigado por quién sería esa anciana. «Fuimos los dos a la capilla y no había nadie, la mujer ya no estaba. Así que Jesús me miró y me dijo que viniera al siguiente día que íbamos a hablar para darme la llave. Y así fue, hasta el día de hoy. Me parece una historia muy bonita y me encantaría saber quién sería aquella señora», explica. Desde hace 18 años, con esa misma llave, cada mañana abre la reja de la capilla.

Jesús Castellanos ya murió. «Ahora debe estar vistiendo a la Virgen en el Cielo, estoy segura. Todo el que pasa por la cofradía es encantador conmigo, como Enrique, el actual hermano mayor», explica ella.

No la frena ni la lluvia ni el frío ni el coronavirus

«Normalmente, siempre tengo ganas de venir pero tengo que reconocer que cuando está lloviendo o hace frío o me encuentro bajilla de moral, a veces, me tengo que recordar «¡Vamos, María, a vestirse!» para levantarme de la cama», cuenta la octogenaria. Por su edad, alguna vez se ha replanteado dejarlo pero reconoce que al final nunca se atreve.

Hace un mes que se vacunó contra el coronavirus. «La gente tiene que ir a vacunarse igual que yo hice. Aunque ya la tenga, no puedo bajar la guardia porque puedo pillarlo con menos síntomas. Es un rollo estar todo el día sola en casa, yo soy muy activa y el confinamiento se me hizo muy largo sin salir y sin mi familia.

Encerrada en casa durante el confinamiento veía documentales de animales: «Me encantan. No quería más noticias ni me gustan los cotilleos, así que los tigres y leones me hicieron mucha compañía en esa etapa».

Esta es la Virgen de los Dolores del Puente, la que cuida la señora María López, en su salida en 2019

María, Salud de los enfermos, ruega por nosotros

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