¿Se puede amar "demasiado" a María, la madre del Cristo? Más aún, ¿los católicos aman "demasiado" a María?
Este es un tema que se plantea Jason Lepojärvi, teólogo y filósofo por la Universidad de Finlandia que desde hace poco vive y enseña en Oxford. Lepojärvi está en una ubicación espiritual "de frontera": es oficialmente todavía luterano, aunque de teología casi completamente católica y criado en una familia pentecostal en Finlandia. Acude con frecuencia y gusto a la misa católica en Oxford.
Cree, siguiendo una intuición de C.S.Lewis, el famoso autor de "Mero Cristianismo" y "Crónicas de Narnia", que nunca es posible "amar demasiado".
Lewis era un anglicano conservador, que creía en el Purgatorio y en orar para ayudar a los difuntos, pero no creía ni recomendaba orar a los santos del cielo para pedir su intercesión.
Lewis no era nada mariano -aunque tampoco hacía propaganda anti-mariana- y de hecho Lepojärvi señala que no aplicaba su visión general de "no es posible amar demasiado" al caso concreto de María.
El teólogo finlandés explica desde donde habla él. “Espiritualmente, me eduqué como pentecostal de niño, y yo digo que me salvé en una iglesia pentecostal, a la que le estoy agradecido. Para las estadísticas oficiales de Finlandia soy de la Iglesia Luterana, la oficial del país, aunque mi interior es pentecostal. Pero mi teología es católica”, explicó en febrero a ReligionEnLibertad.
Lepojärvi investiga las fronteras entre lo que es veneración (a lo santo), adoración (sólo a Dios debida) e idolatría.
Lepojärvi expone su ponencia en Madrid
en San Pablo CEU en febrero de 2014
CEU Ediciones, la editorial de la Universidad San Pablo de Madrid, acaba de publicar su ponencia del 24 de febrero en España sobre el tema, titulada "La Virgen María: ¿el talón de Aquiles en la teología de C.S.Lewis?", dentro del volumen "De leones y de hombres: estudios sobre C.S.Lewis".
“Lewis intentaba no escribir en público sobre los temas que dividían a los cristianos de distintas tradiciones, pero en una carta personal a la señora Van Deusen explica su temor de que la veneración a María, dice él, ‘le pueda llevar a un estado, como el que afecta a algunos católicos romanos, a tratar a la Virgen María como a una divinidad, y convertirla incluso en el centro de la religión”.
La solución de Lewis en esa carta de 1952 (que no salió a la luz hasta el 2000) es decir que lo mejor abstenerse de esa veneración.
Pero a Lepojärvi le extraña esta solución, porque no encaja con lo que Lewis explica en su libro “Los Cuatro Amores”, donde Lewis enseña que el problema de lo que parece un amor desordenado (a la patria, o a la propia familia, por ejemplo), no es que ame demasiado a algo, sino que no ama lo suficiente a algo que debería ir primero (Dios).
La enseñanza estándar de Lewis es que nunca se puede amar demasiado, igual que no se puede ser demasiado bueno o virtuoso… pero hay que saber qué cosa amada tiene primacía. Cuando alguien comete un crimen o un pecado impulsado por su "amor" a un pariente, una causa, un grupo, y la gente comenta "amaba demasiado a tal persona o a tal causa", se equivocan: el problema es que no amaba lo suficiente a las otras personas y valores a los que dañó.
El principio de Lewis es "nunca se ama demasiado, amar siempre es bueno"… pero no lo aplicaba a la Virgen María
“Lewis entendía la distinción teórica entre la devoción apropiada y la inapropiada. Pero no aplica sus magníficos principios teóricos al amor por María y los santos. Debería decir: “es imposible amar demasiado a María” y dar como solución “ama más a María, y ama a Dios aún más todavía”. En cambio, prefiere rechazar esa devoción. Si queremos ser suaves con Lewis, podemos decir que no se le ha dado una distinción clara, concreta, entre formas apropiadas y no apropiadas de devoción. Cuidado con las zonas grises, te dirá”.
Lepojärvi admira a Lewis como autor y cristiano, y le debe su propia fe: la recuperó a los 18 años leyendo sus libros. Pero le critica que ante un peligro de riesgo de idolatría, recomiende no venerar a la Virgen, o más en concreto en esta carta, no recitar el "Ave María".
"Es como decirle a un niño que trata de hablar con la boca llena, quizá de chocolate, que lo mejor es que no trate de hablar nunca, o que nunca trate de comer", compara el teólogo.
El amor correcto a Dios incluye obediencia
Para el teólogo finlandés, una clave que ayuda a establecer lo que es la adoración "sólo a Dios debida" es la obediencia. "Sin obediencia el amor puede hacernos pecar", comenta Lepojärvi en su ponencia. Por el contrario, Jesús es insistente: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (jn 14,15), "el que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama" (Jn 14,21), "sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando" (15, 12-14).
Tener clara la necesidad de obediencia a Dios marca la diferencia con el trato con los santos, incluso con la Virgen, que reciben veneración. De hecho, la gran enseñanza de María es animar a la obediencia a Jesús. Así, en Caná ella enseña: "Haced lo que Él os diga".
Lepojärvi no niega que hay riesgo de idolatría (no sólo a la Virgen, sino a los propios hijos, esposa, la carrera, etc…) pero eso no se combate animando a amar menos esas cosas, sino animando a amar más y mejor a Dios.
La solución pasaría, intuye Lapojärvi, quizá pensando en muchos otros protestantes con miedo a “amar demasiado” a los santos, en establecer bien los límites: cuándo se venera lícitamente a alguien (un maestro, nuestros padres y abuelos, nuestras lícitas autoridades, nuestros difuntos) y cuando se cae en idolatría. Eso es lo que está investigando ahora.
9 preguntas para reflexionar
Su ponencia en Madrid, recogida en "De
leones y de hombres: estudios sobre C.S.Lewis" incluye 9 preguntas para animar a los teólogos católicos y protestantes a mejorar los límites del trato correcto debido a María y los santos y las diferencias entre veneración, adoración e idolatría. Por ejemplo:
1) ¿Adoración y veneración son actos diferentes, además de recaer sobre objetos diferentes? ¿Qué actos u ofrendas concretas deberíamos practicar u ofrecer sólo a Dios, y no a criaturas?
2) La diferencia entre adoración y veneración ¿es sólo cuestión de cantidad-intensidad? ¿Mucha cantidad es adoración, menos es veneración? ¿O es una diferencia cualitativa, como la que hay entre fuego y electricidad?
3) ¿La diferencia entre adoración y veneración es algo que se puede ver externamente, de un vistazo?
4) ¿La diferencia entre adoración y veneración es algo universal y atemporal, o cambia según las épocas y culturas?
5) ¿Puede ser que la idolatría sea un mero error intelectual: atribuir a algo creado las característcias del Creador? ¿Y la confusión entre adoración y veneración puede ser una mera cuestión cognitiva, de "saber" lo que se está haciendo?
6) ¿Otras religiones se han planteado la diferencia entre adoración y veneración? ¿Cómo?
7) Los católicos hablan de "hiperdulía", refiriéndose al especialísimo culto de veneración a la Virgen… El concepto de "hiperdulía" ¿clarifica la cuestión o la complica?
8) Todos hacemos sacrificios por los demás con frecuencia y no es idolatría. ¿La diferencia entre veneración e idolatría depende de lo que se sacrifica, por qué y a quién?
9) Por último, el modelo es amar como amó Jesús, que amó a su Madre y a los hombres sin idolatría… ¿Cómo era este amor de Jesús?