Seis jubilados de Sanaüja (Lérida, España), cinco de ellos albañiles y uno dibujante, han dedicado un año a convertir una roca en una Virgen de piedra, de 1,86 metro de altura y 760 kilos de peso, que intenta reproducir otra que estaba en la iglesia del pueblo y fue destruida durante la Guerra Civil.
Pese a no ser escultores, los albañiles jubilados han cincelado la virgen con la ayuda de los bocetos que les hacía un compañero dibujante basándose en las postales anteriores a la contienda civil en las que se veía la Virgen original que adornaba la fachada de la iglesia de Santa María de Sanaüja, un templo gótico tardío construido entre 1509 y 1515.
Según ha explicado a Efe Joan Jounou, que lleva la voz cantante del grupo de jubilados, hace unos años se plantearon que habría que recolocar una Virgen en la hornacina de la fachada de la iglesia y se comprometieron a hacerlo cuando se jubilaran.
Dicho y hecho. Cuando hace un año Jounou y sus colegas se jubilaron decidieron coger una gran roca de 1.500 kilos que encontraron en el municipio y convertirla en una Virgen con su hijo en brazos.
Tomaron las medidas de la hornacina de la fachada y, como no querían hacer un adefesio como le sucedió a la improvisada restauradora del Ecce Homo de Borja (Zaragoza), decidieron pedir ayuda a un dibujante amigo, Josep Maria Pubill, también jubilado, para que les hiciera unos bocetos de la virgen y calcarlos en la roca antes de empezar a golpearla con sus cinceles.
Y así, a ratos, dedicaron un año a dar forma, con martillos, cinceles y lija, a la Virgen María, en una imagen que, según los vecinos, poco tiene que envidiar a las esculturas que ha hecho Josep Maria Subirats para la Sagrada Familia de Barcelona.
Los autores son, además de Jounou y Pubill, los albañiles Josep Torra y Josep Solanelles, y dos aficionados a la albañilería, Rafael Cinca y Màxim Beltràn.
La virgen, una vez terminada, será colocada en la iglesia de Sanaüja, un pueblecito de apenas 462 habitantes en el valle del río Llobregós, en la comarca de La Segarra.
El Obispado de Urgell, del que depende la parroquia del pueblo, quiso comprobar el resultado del trabajo de los jubilados y conoció la intención de los autores de volver a colocar la virgen de piedra en la fachada de la iglesia, pero los técnicos desaconsejaron hacerlo porque la hornacina está deteriorada y podría no soportar el peso de la gran escultura.
Por eso el Obispado, que ha dado el visto bueno al trabajo altruista y ´amateur´ de los devotos albañiles, ha autorizado que la Virgen se coloque en el interior de la iglesia, junto a la Virgen de Montserrat.
Jounou, algo decepcionado, ha reconocido no obstante que en el lugar escogido por el Obispado la gran virgen será más vistosa y accesible e incluso, ha explicado a Efe, le ha construido una gran peana con escalones para que los feligreses puedan encaramarse a ella y verla más de cerca.
El arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives, se desplazó el domingo 31 de mayo a Sanaüja, para bendecir la Virgen, que, aunque no es el popular Ecce Homo, ya es el orgullo del pueblo y de los cinco jubilados reconvertidos en escultores de arte religioso.
Al conocer la historia, un conocido empresario ha decidido que él sufragará una nueva Virgen de bronce, que no pese tanto, para colocarla en la hornacina de la fachada de la iglesia.