Las monjas carmelitas descalzas del Monasterio de Prem Jyot (Luz del Amor) en la India, fundado en 1983, tienen una devoción especial que al nombre de María: cuando llega una gran festividad u ocasión especial, lo repiten mil veces en oración.
Cada año, cuando celebran la fundación de su monasterio coincidiendo con la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores (el 15 de septiembre), se reúnen para proceder a la recitación del nombre de la Madre de Dios, un nombre que se repite también en la otra gran oración repetitiva y mariana por excelencia: el Rosario.
Un lugar que atrae a los no cristianos
El monasterio nació con tan solo 8 hermanas pero ha ido creciendo. Su arquitectura, construida por el sacerdote jesuita español Padre Carsi, busca captar la luz del sol: «el monasterio es un lugar de luz, donde cada persona puede encontrarse con el amor de Cristo”, dice la priora, la hermana Marie Gemma.
Muchas personas no cristianas acuden al monasterio para pedir oración. «Se detienen en nuestra capilla, sumergidos en la belleza y el silencio de la contemplación,» relata. Los médicos locales -que no son cristianos – brindan servicio médico gratuito a todas las hermanas.
Otra ocasión en la que repiten mil veces el nombre de la Virgen es la Fiesta del Santo Nombre de María.
Una devoción nacida en Francia
«Este tipo de adoración tiene su origen en las carmelitas francesas y la repetimos todos los años. Las carmelitas rezamos por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, por sus intenciones y por la Iglesia Universal, en India y en Asia”, explica la priora.
La monja explica que el rito de repetir hasta 1.000 veces el nombre de María «provoca un inmenso gozo y nos acerca más a la Virgen. Ella es Madre, ella es nuestra Hermana y Reina».
También oraron así al celebrarse los 500 años del nacimiento de su fundadora, Santa Teresa de Ávila, cuyos escritos tienen una gran devoción mariana, recuerda la priora.
Lo que enseña Santa Teresa
En la doctrina de Santa Teresa, «existe la convicción de que los misterios de la humanidad de Cristo y de la Virgen María forman parte de una experiencia mística que tienen quienes luchan en un camino de perfección», explica la priora.
«Entre los valores característicos de la Virgen que Santa Teresa propone, hay uno que está por sobre todos los demás: María es la primera discípula cristiana de Dios, quien siguió a Cristo hasta los pies de la cruz. María es el modelo de total adhesión de la Humanidad a Jesús y de comunión con Él y con Sus misterios, a tal punto que la convierte en modelo de contemplación basado en su humanidad sagrada».
En los escritos de Santa Teresa de Jesús, leemos: «Es importante saber que Nuestro Señor se complace en cada servicio que ofrecemos a Su Madre, y grande es Su Gracia. He hallado el favor de Nuestra Señora en cada cosa que le he pedido, y ella finalmente me atrajo a sí».
