El episcopado polaco–reunido en Asamblea Plenaria- ha celebrado un acto solemne de Consagración de la Patria al Inmaculado Corazón de María en el Santuario de la Virgen de Fátima en Krzeptówki (www.smbf.pl), en la región montañesa meridional de los Tatra, regentado por los padres palotinos. La ceremonia ha tenido lugar el martes 6 de junio de 2017, coincidiendo con el Año del Centenario de las Apariciones de Fátima.
La eucaristía inicial en el Santuario de Krzeptówki ha estado presidida por el arzobispo de Poznan y Presidente de la Conferencia Episcopal polaca, Mons. Stanislaw Gadecki. La homilía ha sido pronunciada por el obispo de Coimbra, Portugal, quien fue rector del Santuario de Fátima, Mons. Virgílio do Nascimento Antunes. En el acto también han participado el Presidente de la República de Polonia, Andrzej Duda, la Primera Ministra, Beata Szydlo, así como representantes de las autoridades.
El Acto de Consagración ha sido recitado por Mons. Gadecki. La consagración será renovada en cada diócesis, parroquia y familia que desee unirse, el próximo 8 de septiembre, en la Festividad de la Natividad de María.
De este modo, se ha renovado la consagración de Polonia al Inmaculado Corazón de María que realizó el 8 de septiembre de 1946 el Cardenal y Primado de Polonia, Augusto Hlond, siguiendo el ejemplo de la Consagración del Mundo realizada por el Papa Pío XII en 1942. En aquella ocasión, la consagración de Polonia se celebró en el Santuario de Jasna Góra en Czestochowa, con la participación de cerca de un millón de fieles.
En 1946 el pueblo polaco prometió a Nuestra Señora «un servicio fiel, dedicación y devoción completa», pidiendo la unidad y armonía para la nación, marcada por una historia «llena de sangre y lágrimas”. Aquella consagración mariana, recién concluida la devastadora II Guerra Mundial, garantizó la pervivencia de la piedad del pueblo polaco, que vivió sometido al régimen comunista de carácter ateo y antirreligioso durante más de cuatro décadas.
Traducción particular del Acto de Consagración:
Acto de Consagración de la Iglesia en Polonia al Inmaculado Corazón de María
¡Oh, Santa e Inmaculada Virgen!
¿Con qué alabanzas lograremos ensalzarte, que contuviste en tu seno a Aquel, que los cielos no pueden abarcar? Bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre.
He aquí que celebramos los cien años de tu aparición a tres niños en Fátima, donde pedías oración y penitencia por los pecadores y la conversión. Hoy comparecemos ante Ti, nosotros, los obispos polacos, el clero, personas de vida consagrada y fieles laicos, dirigiéndonos a tu Corazón Inmaculado, procurando responder cumplidamente a tu petición.
Deseamos, con la ayuda de Dios –en los diversos ámbitos de nuestra vida y trabajo- constituir un solo Pueblo de Dios, en conversión incesante, en el que no haya odio, violencia y explotación. Deseamos vivir en gracia santificante, para que nuestra Iglesia se convierta en verdadera Casa de Dios y Puerta del Cielo.
Todos: Corazón Inmaculado de María, ¡lo prometemos!
Madre de la Sagrada Familia de Nazaret, sé la custodia de las familias polacas. Queremos hacer cuanto sea necesario, para defender la dignidad de la mujer y asistir a los cónyuges en la fiel perseverancia en el santo enlace sacramental. Nos comprometemos a defender el vínculo matrimonial constituido por Dios y a no dejarse llevar por las seducciones del mal espíritu, que nos induce a abusar de la libertad y a practicar una tolerancia mal entendida.
Queremos que todos los cónyuges manifiesten con su vida el amor de Dios, que los niños, así como la juventud no pierdan la fe y no se vean afectados por la corrupción moral.
Todos: Corazón Inmaculado de María, ¡lo prometemos!
María, morada del Espíritu Santo, Tú has protegido la vida concebida de Jesús y ahora nos enseñas cómo cuidar de los niños no nacidos. Queremos considerar el don de la vida como la mayor gracia de Dios y el tesoro más valioso. Tomamos la resolución de ser custodios de la vida concebida, para que todo hombre pueda crecer en paz y seguro en su propia familia.
Todos: Corazón Inmaculado de María, ¡lo prometemos!
Progenitora del Fundador de la Iglesia, nosotros, los obispos polacos –en nuestro ministerio pastoral- nos esforzaremos para que crezca y se robustezca el Cuerpo Místico de Cristo, para que el clero mantenga la fidelidad a Dios, a la Santa Cruz y al Evangelio, para que las personas de vida consagrada cumplan su carisma conventual y sean para el mundo un signo visible de la presencia de tu Hijo.
Todos: Corazón Inmaculado de María, ¡lo prometemos!
Nuestra Madre y Reina, deseamos, por medio de un estilo auténtico de vida cristiana, contribuir al regreso de los que se han apartado del Rebaño de Cristo, para que puedan encontrar de nuevo a tu Hijo y comprendan, que sólo Él es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6).
Todos: Corazón Inmaculado de María, ¡lo prometemos!
Prometemos hacer todo para que en nuestra vida personal, familiar, nacional y social se cumpla no nuestra voluntad, sino la de tu Hijo.
Al consagrarnos a tu Corazón Inmaculado, deseamos unirnos lo más estrechamente a ti, Dulcísima Virgen, entregándonos a Cristo – el Único Salvador, que vive y reina por los siglos.
Todos: Amén.
Ver vídeo de la Consagración leída por Mons. Stanislaw Gadecki (Tv Trwam)
Más información:
http://episkopat.pl/biskupi-ponowili-akt-poswiecenia-kosciola-w-polsce-niepokalanemu-sercu-maryi/
http://es.gaudiumpress.org/content/87723#ixzz4jFxRVWtw