El «Mary’s Mount», el santuario de Montemaría, Madre de Toda Asia, es un lugar novedoso de peregrinación mariana en Batangas, una ciudad costera de 330.000 habitantes en Filipinas.
Ya había en esa ubicación una capilla dedicada al Santo Niño y una estatua pequeña de La Piedad (la Virgen con el Cristo yaciente) en Punta Cruz. Pero recientemente, con el impulso de las celebraciones por los 500 años de cristianismo en Filipinas, se ha lanzado un proyecto de edificación, viviendas y servicios en la zona, con una enorme estatua de la Virgen como gran faro y foco de atracción.
La construcción empezó en 2013 y la estatua se acaba de inaugurar en plena pandemia. Tiene 98,15 metros y está dedicada a María Madre de Toda Asia y «a la unidad y la paz de todos los pueblos de Asia, especialmente en el sur del continente».
La estatua está realizada por el escultor filipino Eduardo de los Santos Castrillo y supera en altura al Monumento a la Virgen de la Paz que se construyó en 1983 en Venezuela, al Cristo Redentor en Río de Janeiro a la Estatua de la Libertad en Nueva York.
Este enclave cuenta también con un santuario dedicado a San Juan Pablo II, doce capillas en el tercer piso, un restaurante, salas de conferencias y proyecciones audiovisuales, tiendas y una plataforma de observación desde el piso 17.
Por ahora, el monumento está provisionalmente cerrado al público debido a las actuales medidas restrictivas para combatir la pandemia.
