Más de 6.000 personas homenajean a la Virgen del Lledó en Castellón: la alcaldesa acude sin besarla

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Castellón afrontó el pasado fin de semana la recta final de las fiestas con uno de los actos más emotivos de la Magdalena, la ofrenda a la Virgen del Lledó. Más de 6.000 personas desfilaron a lo largo del sábado 5 de marzo hasta la Basílica de la Virgen del Lledó (www.basilicadellledo.es) en el acto que mejor refleja la identidad cultural castellonense.

[Sobre esta interesante y diminuta imagen hay debate: hay quien argumenta que es la más antigua en Occidente, del s.V, no del s.XIV como se suele sostener: léalo aquí].

Al contrario de lo que sucedió el primer fin de semana de fiestas, donde el frío y la amenaza por lluvias mantuvo a toda la ciudad en vilo, durante todo el sábado lució el sol y los termómetros no dejaron de subir a medida que avanzaba la jornada, lo que permitió caldear el ambiente desde buena mañana con un desfile digno de la festa plena.

Puntual a su nueva hora, las 10.30 horas, comenzó la primera parte de la ofrenda. Cientos de colegios, collas y asociaciones independientes se agolparon en la avenida del Lledó para iniciar su reconocimiento a la patrona de la ciudad.

También desde primera hora fueron varios cientos de curiosos los que se acercaron a las inmediaciones del recorrido para disfrutar del colorido y costumbrista desfile. La incesante música de dolçaina i tabalet acompañó durante todo el día a los participantes, dando, incluso más solemnidad y emoción al desfile.

Durante la mañana, las calles adyacentes a la avenida que da acceso a la Basílica fueron un ir y venir de personas de cualquier edad que ataviadas con el tradicional traje de la ciudad agilizaban el paso para llegar a tiempo al comienzo de la ofrenda. Lo mismo sucedió en el turno de tarde, aunque en este caso el trasiego se dio en las inmediaciones de la plaza Mayor.

Este segundo turno de desfile comenzó a las 16 horas en la que tradicionalmente ha sido la ruta habitual de la ofrenda, desde la plaza de la concatedral de Santa María hasta la Basílica del Lledó, cruzando la calle Mayor, plaza María Agustina y finalmente la avenida del Lidón.

Si durante la mañana fue el turno de collas, colegios y asociaciones, la tarde fue el momento de los miembros de las gaiatas, entes vinculados al mundo de la fiesta y delegaciones de otros municipios.

Esta división de la ofrenda en dos partes, iniciándola la misma mañana, fue uno de los cambios más destacados introducidos por la nueva Junta de Festes esta edición de la Magdalena, lo que permitió aprovechar las horas de luz, en la que además las temperaturas son más altas, y que el desfile terminara antes de lo habitual, ya que la mitad de los participantes ya había cumplido con la tradición antes del mediodía. Con todo, hubo voces críticas, principalmente de miembros de collas, que criticaron la decisión de partir la ofrenda.

Como es costumbre, a medida que avanzaba la ofrenda, y que los participantes se acercaban a la explanada, aumentaba también la emoción y los nervios. Majestuosa se alzaba la Basílica del Lledó ayer también engalanada con el gran tapiz de flores, que a medida que avanzaba el día iba cogiendo forma y color.

Esta solemnidad embriagó incluso a los más pequeños, ya que, salvo excepciones, haciendo un enorme esfuerzo de contención, en silencio y con la seriedad que el acto merece, realizaron el recorrido, a pie o en carros, y ofrecieron su ramo de flores a la Mare de Déu.

A pesar de que la mayoría de los pequeños magdaleneros aguantaron heroicamente el recorrido, hubo varias bajas durante el desfile. Las agradables temperaturas y el apacible entorno llevó a algunos críos, sobre todo los que comenzaron la ofrenda primera hora de la tarde, desde la plaza Mayor, a caer rendidos, y llegar al santuario de la Virgen del Lledó en plena siesta.

La duración media en llegar a la Basílica fue de alrededor de 4 horas, en el caso de los participantes de tarde, y un par de minutos menos en el caso de los que comenzaron la ofrenda por la mañana, ya que el recorrido del primer turno, de collas, colegios y asociaciones, fue más corto, iniciándose en la avenida del Lledó, al contrario del segundo grupo de participantes, que comenzaron, como ha venido siendo tradicional en las fiestas de la Magdalena, en la plaza Mayor de Castelló.

A pesar de tratarse de una Magdalena temprana, ya que comenzó en la última semana del febrero, y precisamente debido al templado invierno que se ha vivido en la zona levantina, los aromas de azahar y de la sombra de los tradicionales árboles de la avenida del Lledó, en su trayecto final de recorrido a la Basílica, confluyeron en la explosión de colores de los miles de ramos de flores que de forma continua pasaron a formar parte del manto de la Virgen.

La alcaldesa socialista acudió, pero no besó a la Virgen
La ofrenda, como cada año, la cerraron las Reinas de las fiestas y las Cortes de Honor respectivas. Ataviadas con el tradicional vestido de castellonera, Carolina Tárrega, Reina Mayor, y Lola Marco, Reina Infantil, recorrieron el trayecto hasta la Basílica de la ciudad visiblemente emocionadas y mostrando en todo momento gestos de gratitud a todos los vecinos que a lo largo del recorrido les brindaban su cariño.

La Reina Mayor estuvo acompañada durante toda la ofrenda por la alcaldesa de la ciudad, Amparo Marco [del Partido Socialista, apoyada con votos de una formación ligada a Podemos; nota de Cari Filii] que una vez finalizado el desfile, y tras entrar en la Basílica, optó por no besar la imagen de la Virgen.

También encomiable fue la labor del personal encargado de colocar los ramos sobre el manto de la Virgen. Como novedad, este año, se incluyó una mujer en la organización de este panel, nunca antes había participado en esta organización. Bárbara Martínez, es miembro de la Gaiata 1, Brancal de la Ciutat, como también lo son el resto de los organización que colaboraron en la colocación de los ramos de flores.

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