Mary’s Meals: del rosario en Medjugorje a alimentar a un millón de niños, regalo para la Virgen

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Tras visitar Medjugorje volvió a Escocia con la determinación de servir a Dios

Magnus MacFarlane-Barrow, católico escocés de 48 años, casado y padre de siete hijos, es el fundador de la ONG Mary’s Meals , desde 2002 volcada en ayudar a escolarizar y alimentar a los niños del mundo. El libro que cuenta su historia,  El cobertizo que alimentó a un millón de niños acaba de ser publicado en español por editorial Planeta, lo que ha llevado a MacFarlane-Barrow a acudir a Barcelona y a contar su testimonio, que ha sido recogido en diversos periódicos no siempre cordiales con iniciativas católicas, pero en este caso asombrados por su fruto.

Y todo su esfuerzo empieza y se mantiene, dice él, como una ofrenda a la Virgen María. Es una historia que empieza en 1983, cuando acompañó a sus padres y a su familia en una peregrinación a Medjugorje, en Bosnia. Él tenía 14 años. «Tuve una fuerte experiencia de Dios», explica.

El rosario en Medjugorje

Él, y su familia, rezaron allí el Rosario con los videntes de Medjugorje (un caso aún que la Iglesia aún investiga y no ha aprobado oficialmente). «Durante esos pocos días en Medjugorje, sentí un sentimiento de profunda alegría distinto a cualquier cosa que hubiese sentido antes», escribe MacFarlane-Barrow: «Me sentí exultante. Nuestra Señora había venido a decirnos que Dios existe. La creí con todas las fibras de mi ser. Decidí responder a la invitación de Nuestra Señora en mi vida lo mejor que pude».

La familia volvió a Escocia con ganas de servir a Dios. Allí convirtieron su casa de huéspedes en una «casa familiar de oraciones», un lugar de retiro espiritual. Crecían en la fe. Diez años después, en 1993, teniendo 24 años, él y su hermano veían por TV los horrores de la guerra de Yugoslavia y quisieron hacer algo para ayudar. Solicitaron ayuda a amigos y conocidos, pidieron donaciones por Escocia, y las acumularon en su cobertizo. Después la llevaron a Bosnia, a los desplazados y víctimas ​de la guerra. Pero de vuelta a Escocia los donativos seguían llegando en forma de comida, mantas, ropa…

Dejar en trabajo, vender la casa… y volcarse
 
«Decidí dejar mi trabajo y vender mi casa. Un vecino me dejó un camión y me dediqué a transportar toda esa ayuda. En un año hice veinte viajes». Comprobó además que Dios respondía con signos claros. Por ejemplo, una vez compró a unos refugiados billetes por valor de 4.200 libras, «todo mi capital». «La sorpresa fue que en casa me esperaba una donación anónima de 4.200 libras exactamente. Eso me ha pasado varias veces», explica a Ima Sanchis en la contraportada de La Vanguardia.

 

Aún no se había casado. Decidió crear una ONG estable. Al centro de retiros de la familia acudían sacerdotes, fieles, misioneros… contaban sus historias y pedían ayuda. Eso llevaba a Magnus a conocer proyectos en Rumanía, Liberia, Malaui y Somalia.

«En mi primera visita a Malaui, en 2002, año de una hambruna terrible, conocí a una familia en una aldea. El padre había fallecido y la madre, Emma, agonizaba. Tenía seis hijos. Al mayor, Edward, de 14 años, le pregunté cuáles eran sus sueños: “Poder comer e ir al colegio”, me dijo». Así nació la intución que mueve Mary’s Meals: dar de comer y llevar al colegio a los niños. Eso consigue hacer hoy la ONG con un millón de niños. «Me encanta la idea de que todo este movimiento global que une escuela y alimentación prendiera con la chispa de un niño de 14 años».

Una capilla a la Virgen en Malaui

Además, Medjugorje seguía presente en este viaje. «Cuando fui a Medjugorje, en 1982, mi hermana Ruth publicó un artículo de nuestra experiencia en una revista católica y empezamos a recibir muchas cartas de personas que querían saber más de ese lugar, entre ellas la de una señora de Malaui: Gay Russell, que era piloto. Veinte años más tarde, durante la hambruna en Malaui, conocí en el retiro familiar a un hombre de negocios, Tony Smith. Por casualidad él nos oyó hablar de Gay Russell, a la que nunca olvidamos. ‘La conozco’, dijo, ‘estamos construyendo una réplica de la ermita de Medjugorje en Malaui’. Fuimos a conocerla, ella trabajaba allí para paliar el hambre de los niños. Estando allí Tony Smith me recordó las palabras del senador George McGovern: “Si EE.UU. decidiera sufragar una comida diaria a los niños más pobres del mundo, los países subdesarrollados saldrían de la pobreza”. Sentí que eso es lo que debía hacer; así nació Mary’s Meal, en ofrenda a la Virgen de Medjugorje».

Hay mucho horror, pero el amor vencerá

Magnus ha visto muchos horrores, pero cree que el amor es más fuerte. Por ejemplo, en África «conocí a muchos niños soldados y oí sus historias. Me sorprende comprobar como la gente que ama puede superar cualquier desgracia. Soy optimista respecto a la humanidad porque mi experiencia es que el bien, el amor, gana».

En ABC da más detalles: «Ahora somos una gran familia de voluntarios de los cuales nadie cobra nada. En algunos países como en Liberia donde entramos el año pasado hemos conseguido un acuerdo con el gobierno para las gestiones sean más sencillas. Nuestra idea es proporcionar la comida a los niños y en muchos casos proporcionarles las infraestructuras de las cocinas para que sean autosuficientes». Es un sistema “low cost” que cala hondo».

Contra las bodas infantiles…¡dar de comer!

En El Periódico de Catalunya habla la coordinadora de Mary’s Meals en España, Elisalex Löwenstein, hija de padre alemán y madre italiana, nacida en un refugio antiaéreo en 1944 en Würzburg, Baviera. Como auxiliar de enfermería, ha vivido de cerca, muchas veces, lo que es ayudar al que sufre. Ella explica más acerca de la eficacia de Mary’s Meals.

«En Malawi Mary’s Meals alimenta a 900.000 niños e implica a 80.000 voluntarios locales para ello. Implicamos a la gente local para hacer suyo el proyecto, así conseguimos más objetivos: nutrir a las criaturas garantizándoles al menos esa comida al día; nos aseguramos de que, gracias a esa comida, asistan a la escuela, y empoderamos a los adultos, la gran mayoría mujeres, para hacerlo posible. Y aún algo más: conseguimos retardar las bodas de niñas adolescentes. Casarlas significa que sean alimentadas en otra casa. Nosotros, proporcionándoles la comida diaria en la escuela, cumplimos el mismo objetivo y, además, como me dijo una vez una madre en Malawi: ustedes dan futuro a mis hijos. Así es, esas madres reparten un plato de comida con el que abren paso al futuro».

Conoció a Magnus en Medjugorje. «Coincidí con Magnus en la misma pensión y él me propuso dar a conocer la fundación en España». Dice que le llamó la atención de él «su mente clara, su enorme corazón y su gran humildad». Y del proyecto «la austeridad en la estructura, la implicación de la gente del lugar y con alimentos locales. Poco más de 15 euros son suficientes para alimentar a un niño todo un año».

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1 Comentario

  1. Acabo de leer sobre Mary’s meals, estoy admirada de todo lo que han logrado. Evidentemente Dios y su Santísima Madre intervienen para llevar a feliz éxito sus iniciativas. Felicitaciones!!! Que Dios y la Virgen los bendigan!!!

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