Una multitud participó el pasado 16 de julio de la misa en honor a la Virgen de Itatí, en una fiesta de especial relevancia por cumplirse 115 años de la coronación pontificia de esta advocación mariana y 400 años de la fundación de la localidad donde se venera a la Madre de Dios recordando su inmaculada concepción.
Fue presidida por el arzobispo de Corrientes, el capuchino Andrés Stanovnik, en compañía de los sacerdotes que atienden esta basilica-santuario.
Stanovnik recalcó que Itatí “es tierra de María”, donde los pobladores y peregrinos, desde hace cuatro siglos a esta parte, aprendieron que son hijos de Dios y hermanos unos de otros.
“En esta tierra se gestó un pueblo de hijos y de hermanos bajo la mirada tierna de nuestra Madre. Hoy contemplamos agradecidos cómo Dios, por intercesión de la Virgen, nos cuidó y acompañó a lo largo de estos siglos", proclamó.
Pidió que “esta tierra de María” no se convierta “en tierra desolada por el sufrimiento y el maltrato” hacia el prójimo, que se evidencia –entre algunas formas que enumeró- en la falta de “bienes necesarios para una vida digna” e incluso conculcando “el mismo derecho a vivir”. Añadió que el perdón que viene de Dios, si no se traduce en una reconciliación entre hermanos, produce “un pueblo herido de muerte”.
“Hoy queremos renovar desde lo más profundo de nuestro corazón el amor a Nuestra Madre de Itatí y a su Divino Hijo Jesús. Pero sabemos que no basta decirle «¡te quiero con toda mi alma!», si no estoy dispuesto a erradicar todo sentimiento malo hacia mi prójimo, toda conducta que implique agresión hacia el otro, o cualquier forma de manipulación o engaño hacia los más débiles”, sentenció el celebrante.
(En Agencia AICA el texto completo del saludo a la Virgen)
Historia de la Virgen de Itatí
La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima argentina, surgió a partir de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní "ita", roca, y "tí ", blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
La imagen llegó de la reducción de Ciudad Real, en la provincia de Guayrá. Los franciscanos la llevaron consigo hacia el sur, a Guayrá, debido a los constantes ataques de los indígenas. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios.
Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural.
Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos, viendo que la imagen parecía querer quedarse, prefierieron trasladar todo el asentamiento al lugar.
En 1615 (1580 según otras versiones) el asentamiento de puerto de Santa Ana quedó abandonado, y fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí".
Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. El 16 de julio de 1900, la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí fue proclamada su patrona y protectora.