Apóstoles del Rosario y beneficiarios de sus gracias: así es la relación de los Postigo Pich con la Virgen

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La familia Postigo Pich siempre ha tenido una gran devoción a la Virgen

¿Cómo llevar adelante una familia con 18 hijos? ¿Cómo soportar la muerte de tres de ellos? ¿Cómo se puede sonreír tras perder al padre y esposo quedándose viuda y 15 hijos? Estas preguntas seguramente se las han hecho muchas personas tras conocer a la familia Postigo Pich y la muerte del padre, José María, en lo que se ha convertido en un auténtico testimonio de fe que ha sobrepasado fronteras.

Y ha sido precisamente la fe la que ha sostenido a esta familia durante todos estos años en los que Chema y Rosa han dicho siempre sí a la vida. En esta familia la Virgen María ha tenido un papel protagonista, que durante estos días les ha consolado y que ahora les permite estar felices y llevar esta situación con paz.

Desde el comienzo de su vida matrimonial la Virgen ha sido parte esencial. José María y Rosa se casaron en el santuario mariano de Torreciudad, donde ofrecieron su matrimonio. Y a este mismo lugar volvió Rosa junto con sus quince hijos tras el entierro de su marido en Barcelona.

La Virgen, verdaderamente como madre

Dos días después del entierro, contaba Rosa, «a la salida del colegio nos escapamos a Torreciudad, santuario donde nos casamos hace 27 años. Hemos venido a pedir ayuda a Nuestra Madre, a dejarle nuestras lágrimas y a suplicarle que no nos abandone. Todos juntos de romería a pedirle fuerza para lo que viene. Todos juntos podemos superarlo».

Y luego volvía a escribir: “Nos hemos ido a despedir de la Virgen. Madre mía no nos dejes. Cógenos fuerte de la mano. Ayúdanos a sonreír. Cúbrenos con tu manto. Gracias, gracias, gracias”.

La relación de los Postigo Pich con la Virgen va mucho más allá de los momentos de sufrimiento sino que es una relación diaria forjada durante años. Todos los días, toda la familia pide la protección de la Madre y rezan a ella.

Tras enterrar a Chema, toda la familia acudió al santuario de Torreciudad

En uno de los capítulos de Cómo ser feliz con 1,2,3…hijos? libro que Rosa escribió y que ya se ha traducido a 10 idiomas responde a una pregunta que le han hecho cientos de veces: ¿cuál es su secreto para criar tantos hijos y encima hacer más cosas? Su respuesta hace entender cómo toda la familia ha podido vivir este acontecimiento de muerte con tanta serenidad.

“En nuestra casa rezar no es algo obligatorio, porque respetamos la libertad de nuestros hijos, pero les explicamos que nos ayuda a ser mejores personas, más humanos, más buenos, hace que nos ayudemos unos a otros y que no nos peleemos por tonterías. Cuando de buena mañana empiezan ya a discutir y a pelearse durante el desayuno, yo les digo: ‘chicos, ¿no habéis rezado hoy?’. Y empiezo a cantar el ofrecimiento de obras, por el cual ofrecemos el día a la Virgen María y le pedimos ayuda. Así sacamos el ‘demoniete’ que todos tenemos dentro”.

Y ella particularmente tiene otro secreto para lograr sacar adelante el día como madre y trabajadora. “Mi secreto no es nada caro, resulta accesible para todos los bolsillos del planeta”, bromea Rosa en el libro. Y no es otro que “madrugar por la mañana y asistir a Misa cada día. Luego intento quedarme media hora delante del Santísimo expuesto, es allí donde cojo fuerzas, donde veo las posibles soluciones a los problemas a los que me voy a enfrentar ese día, donde pienso nominalmente en cada uno de mis hijos, y veo qué pequeña mejora puedo trabajar con cada uno de ellos, y en mi marido”.

El Rosario, siempre en familia

Si los Postigo Pich han tenido un arma para mantenerse unidos ante tanto sufrimiento ha sido el Rosario en familia. En una reciente entrevista para Religión en Libertad tras el entierro de su madiro, Rosa afirmaba que durante todos estos años “hemos intentado vivir cada día, como con el rezo del Rosario en familia”.

“La Virgen siempre que se ha aparecido habla de rezar el Rosario en familia. Ya sea en Fátima, en Guadalupe, en Lourdes, o ahora en Medjugorje. Siempre la Virgen está diciendo lo mismo: ‘rezad el Rosario’”, relataba.

La familia Postigo-Pich repartió 10.000 rosarios durante los funerales en Madrid y Barcelona

Además, recordaba que justo tras diagnosticar el cáncer con metástasis a Chema, “lo primero que dijimos era que teníamos que rezar el Rosario en familia. Ella está contenta y feliz cuando rezamos”.

Y así ha sido durante todo su matrimonio: “Siempre rezábamos en familia aunque los bebés fueran recién nacidos, y aprovechábamos cuando les tocaba dar el pecho y allí estábamos todos juntos. A lo mejor uno llegaba tarde, otro estaba haciendo un trabajo, otro se cansaba pero tienen el recuerdo de rezar el Rosario en familia todos juntos”.

Evangelizar también durante el entierro de Chema

De hecho, es tan importante la Virgen y el Rosario que incluso la muerte de Chema se ha convertido en una ocasión de evangelizar y de extender el rezo de esta oración mariana. Hasta 10.000 rosarios ha repartido la familia Postigo Pich durante los funerales que se han celebrado en Madrid y Barcelona y que fueron multitudinarios. Recordatorios que fueron montados como no podía ser de otro modo, en familia.

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