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La visión de Mary’s Meals al crecer: la belleza del arte de la generosidad razonable

Magnus MacFarlane-Barrow de Marys Meals con un amigo haitiano

Magnus MacFarlane-Barrow de Marys Meals con un amigo haitiano

Magnus MacFarlane-Barrow es un enamorado de la Virgen y un enamorado de la caridad. Es también un hombre de corazón caliente y cabeza fría. Como fundador y principal responsable de la ONG Mary’s Meals, ha visto como lo que empezó siendo un impulso familiar de llevar ayuda en furgonetas Bosnia, durante la guerra de Yugoslavia, se convertía en una gran organización que hoy logra servir más de 2 millones de comidas cada día en 20 países a niños pobres.

Lo hace en escuelas, para apoyar al mismo tiempo la nutrición y la escolarización, a menudo organizando a las familias y madres locales en eficaces cocinas y comedores.

Han pasado más de 20 años desde que nació Mary’s Meals y Magnus ha reflexionado mucho sobre cómo otras ONGs han ido perdiendo su identidad o cayendo en corrupciones y escándalos. Fruto de su reflexión, a la vez lúcida y apasionada, es su nuevo libro Give: la capacidad y el arte de vivir con generosidad (editorial Nueva Eva, se puede adquirir aquí).

Magnus es católico, pero el libro no es necesariamente para católicos. Menciona ejemplos generosos que le han inspirado, como las religiosas de la Madre Teresa, pero en 280 páginas de reflexión sobre la generosidad, el servicio y la solidaridad, los comentarios específicamente marianos los deja para las últimas páginas, cuando el lector ya ha aprendido, con numerosos ejemplos de personas de nuestros días, que es posible y gratificante vivir la generosidad (con inteligencia).

María, luz de caridad

Es al final del libro cuando MacFarlane-Barrow habla de la Virgen.

«Cuando veo a gente como esas mujeres que hacen sopas y sándwiches, pienso en María, la Madre de Jesús. A pesar de ser la mujer más famosa que ha existido, y la más amada y venerada, no parece que hiciera nada llamativo o espectacular por sí misma. De hecho, las Escrituras solamente registran unas pocas palabras pronunciadas por ella», escribe, recordando el Magníficat: «A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos» (Lucas 1,53).

Recuerda que María, para llegar donde estaba Isabel y ayudarla en su embarazo, «recorrió unos cien kilómetros, probablemente en un burro. María era una mujer que vivía una caridad práctica, sosegada e increíblemente valiente. Tan valiente que la llevó a permanecer junto a la cruz, deliberadamente a la vista, mientras su Hijo moría de una forma horrible».

Magnus compara a María con la luna, como han hecho otros autores antes. «Aunque ella no es la fuente de la luz, la refleja de un modo maravilloso. Con su luz, la luna nos dice que el sol sigue brillando, que solo estaría oculto durante un tiempo. Nos ayuda a esperar pacientemente el amanecer. Y muchos viajeros en una noche oscura tienen que agradecer a la luna el encontrar el camino a casa».

Voluntarios españoles de Mary’s Meals

Dar hasta que incomode: el sufrimiento genera caridad

La historia de Mary’s Meals y su conexión con Medjugorje ya la contó en otros lugares, como el libro El cobertizo que alimentó a un millón de niños. Aquí reflexiona sobre el mundo del altruismo organizado y su relación con el día a día que vivimos, también espiritual. Como C.S.Lewis y Madre Teresa, cree que el cristiano, o la persona generosa (el cristiano debe serlo) tiene que dar «hasta que duela», al menos hasta que incomode a su estilo de vida.

También cree, porque lo ha visto en su vida, que muchos pueden entregar su paciencia, oración y tiempo personal. Cuenta el caso de su hermano adoptivo, aquejado de una dura enfermedad que limitaba sus movimientos y concentración, pero que aún así oraba y ayudaba a Mary’s Meals. También habla de Charlie Crai, un niño norirlandés con leucemia, que vendía piedras pintadas para financiar los comedores de Mary’s Meals. Murió a los 9 años y contaron su ejemplo en el Mladifest, el festival de la juventud en Medjugorje. «El sufrimiento y la caridad siempre coinciden en los mismos sitios«, sospecha Magnus.

Viajando por el mundo, ha visto la fe de los voluntarios y de las personas que ayudan. En un colegio de Haití, unas religiosas le contaron cómo vivieron las réplicas tras el terrible terremoto de 2010.

«Nuestros niños estaban todavía dentro del enorme edificio, en sus cunas, y se abrió una grieta enorme en la pared. Parecía que iba a derrumbarse sobre ellos. Corrimos a la capilla y nos arrodillamos. Comenzamos a rogar a Jesús que salvara a los niños. Mientras rezábamos, una estatua de la Virgen empezó a girar al tiempo que el suelo temblaba, hasta que estuvo enfrente a Jesús en el sagrario. En ese momento, la tierra dejó de temblar. Era como si nuestra Madre María quisiera que supiéramos que estaba rezando con nosotras. Ninguno de nuestros niños sufrió daño alguno», explicaron las hermanas.

El apoyo de la oración

Magnus lamenta que en Occidente las expresiones públicas de fe «están mal vistas por una sociedad moldeada, en parte, por un agresivo secularismo». Él prefiere la pluralidad de orígenes dentro de la visión compartida. Ha participado en encuentros de oración en países del Tercer Mundo donde musulmanes y cristianos de distintas tradiciones se juntan para dar gracias a Dios por la comida que sus niños reciben a través de Mary’s Meals.

Cuenta cómo en 2018 en Barcelona conoció a las carmelitas que rezan por la ONG y leen su libro a la hora de las comidas. También a un grupo de jóvenes carismáticos, unos 60 o 70, que alaban a Dios con música y oración espontánea durante un par de horas en una iglesia de París cada semana y rezan por el reparto de comida, «sin una gota de alcohol, movidos por una fe que les da inmensa alegría».

Recuerda que para participar en Mary’s Meals, el único requisito es querer ayudar a que los niños reciban su plato de comida y vayan a la escuela. A medida que personas de más credos, razas y lugares colaboran en Mary’s Meals, el movimiento, dice, «se hace más hermoso y capaz de cumplir nuestra misión y visión».

Proteger la visión fundacional

Con todo, deja claro: «Nos llamamos Mary’s Meals por una razón. María es la Madre de Jesús. La historia de nuestro nacimiento está ligado a una historia de fe, la fe cristiana, una espiritualidad cristiana que afirma que la caridad es amor, recibido y dado, y que el verdadero desarrollo requiere no sólo progreso técnico, sino también amor».

Cree que es importante para una organización esforzarse en que su visión fundacional no se corrompa. Pone el ejemplo lamentable de Amnistía Internacional, fundada para salvar vidas por el católico converso Peter Benenson (venía de una familia judía rusa no creyente) y hoy corrompida y deformada. Magnus se pregunta qué sentiría Benenson al ver que Amnistía Internacional promocionaba el aborto en 2018 en Irlanda y además con anuncios televisivos «descaradamente anticatólicos».

También reflexiona sobre como la visión fundacional puede implicar adaptarse a cambios importantes. Su familia empezó llevando cosas en furgonetas por Europa, como ahora hace mucha gente que lleva ayuda material improvisada a la frontera de Ucrania. Luego vieron que no era realmente eficaz, empezaron a ayudar con comidas en Rumanía, luego en Liberia, entendieron que una comida en el colegio lograba que los niños se escolarizaran y crecieran sanos y educados… y esa fue la intuición que hoy llega a 2 millones de niños al día. Es la combinación de corazón caliente de caridad y cabeza fría para ejecutarla.

Los lectores de este libro

Es un libro que se lee con agilidad e interés y que puede ser especialmente interesante para cualquiera que colabore en el mundo del voluntariado. Por ejemplo, muchas personas que en el marco de la guerra de Ucrania han dado el paso a ayudar con su tiempo, presencia y esfuerzo, pueden ver como este libro pone palabras y pensamientos que ordenen sus intuiciones.

Los lectores pueden ver que más generosidad es posible, pero también mejor organización. Verán un análisis crítico de los riesgos de la burocracia, pero también de la escasez de controles. Y como aplicar una visión fundacional al pasar los años y llegar a más países y contextos.

Al final, puede abrir una visión humana y espiritual, plantear la pregunta por el origen del Bien, en el lector que empezó sólo intrigado por su dimensión solidaria. Es un libro que demuestra que el bien es posible, hermoso y real.

Para ayudar a Mary’s Meals desde España:
https://www.marysmeals.es

Para comprar en libro en Nueva Eva (17 euros):
https://nuevaeva.es/give/

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