Dominador absoluto de la edición 2014 del Tour de Francia, el italiano Vincenzo Nibali lució el maillot amarillo desde la segunda etapa hasta la llegada en París (salvo en una jornada de transición), y con cuatro triunfos de etapa. Como ganó en 2010 la Vuelta a España y en 2013 el Giro de Italia, se suma al selecto grupo de campeones que han logrado ganar las tres grandes pruebas por etapas: Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Alberto Contador.
Siciliano de Mesina (le apodan El Tiburón del Estrecho), Nibali es muy devoto de la Madonna Nera [Virgen Negra] del santuario de Tindari. Antes de comenzar el Giro que ganó el año pasado, tomó su vespa, acudió ante ella y le prometió: "Te traeré la maglia rosa". Y al volver a casa le dijo a su padre: "¿Sabes? La Virgen me ha pedido que gane el Giro". Dicho y hecho.
Ahora diversos medios italianos apuntan a que el nuevo héroe del ciclismo transalpino, sucesor del mítico Marco Pantani, agradecerá también su nuevo maillot en el santuario donde acude con frecuencia con su mujer y su hija.
La imagen de la Virgen Negra de Tindari y la devoción de que es objeto tienen un origen remoto. Durante la persecución iconoclasta (a finales del siglo VIII o principios del IX), a una nave que portaba la estatua para evitar su destrucción le sorprendió una tormenta en el mar Tirreno y se refugió en Tíndari. Cuando pasó la tempestad y quiso retomar el viaje, le resultó imposible: los marineros no lograban sacarla de puerto. Entonces empezaron a quitar carga del barco, pero sólo cuando bajaron a la Madonna pudieron hacerse de nuevo a la mar. Se interpretó como un deseo de Nuestra Señora de quedarse en Tindari y ser venerada allí.
Sicilia fue un lugar de resistencia contra la herejía iconoclasta (que destruía las imágenes por considerarlas idolátricas), y Tindari estuvo bajo el poder de Bizancio entre los años 535 y 836. En cuanto a la imagen, los expertos la datan entre los siglos V y VI, y fue a dar a una localidad que se había distinguido ya, y lo haría con mayor intensidad en el futuro, por su devoción mariana.