La Redención dependió en última instancia del sí de María a la Encarnación del Hijo de Dios. Ella, preservada por Dios del pecado original (eso es la Inmaculada Concepción), es también la más poderosa intercesora de los cristianos ante Jesucristo. Todos estos dogmas son en ocasiones confundidos incluso por los fieles cristianos por falta de formación. En dos minutos, este vídeo aclara las cosas.