El sábado por la tarde suele ser el momento en el que miles de jóvenes se juntan para divertirse en parques, bares o centros comerciales, pero el 26 de febrero cientos de ellos se reunirán para rezar un multitudinario Rosario por las calles del centro de Madrid.
Se trata de la segunda edición del Rosario por la Juventud de España. En 2018 ya se celebró dejando impresionantes imágenes de cerca de 1.000 jóvenes rezando el Rosario en procesión por la Gran Vía de Madrid, la gran arteria de la capital de España.
Miles de jóvenes, y no tan jóvenes, quedaron interpelados y sorprendidos, al observar a una multitud de católicos felices y sin complejos, que desfilaban entre ellos comandados por una imagen de la Virgen mientras rezaban por toda la juventud española.
Ante el éxito de aquella primera convocatoria y después de que la pandemia parece que ya da un respiro se ha convocado un nuevo Rosario por la Juventud. Partirá el sábado 26 de febrero a las 19.00 desde la basílica de San Miguel y tendrá como destino final la Plaza de España.
Los jóvenes católicos irán en esta ocasión acompañados por Madre Ven, réplica de la talla de la Virgen llegada desde Éfeso, lugar en el que vivió María sus últimos años cuidada por el apóstol San Juan. Dicha talla, que peregrinó por toda España en el pasado 2021, partiendo de Zaragoza hasta Santiago y luego recorriendo el país hasta concluir su peregrinación en el Cerro de los Ángeles, se conserva en el Carmelo del Cerro de los Ángeles, que se promovió Madre Ven y se unirá en oración a este Rosario público.
Y ahora esta bella imagen acompañará a los jóvenes por el centro de Madrid en oración por una juventud que se enfrenta a una sociedad llena de peligros y tentaciones.
Según explican los organizadores de este Rosario, su objetivo es triple:
-En primer lugar se trata de una manifestación pública de la fe, porque la fe sin obras es una Fe muerta y todo joven católico tiene el deber de dar testimonio de su fe a través su ejemplo de vida y de su piedad. “Cuanto más secularizada está una sociedad, más importante es la presencia de símbolos religiosos en la vida pública que nos recuerden a todos el sentido trascendente de nuestras vidas, que estamos en este mundo con un objetivo concreto y con una meta: conquistar el Cielo”, señalan.
-El segundo motivo es el apostolado, la fe crece dándola. Los promotores del Rosario consideran que “la fe no consiste en un sálvese quien pueda. La fe es un tesoro que no podemos reservar para nosotros mismos, sino que tenemos el deber de compartir y transmitir a todo aquel que nos rodea: id por el mundo y proclamad el Evangelio. Decía el Cardenal Sarah que no hay nada más poderoso que un hombre rezando de rodillas. Y es que la oración es el principal arma que tenemos para lograr el modelo de sociedad que queremos. Una sociedad en la que Cristo reine y en la que todos tratemos de ser dignos hijos de Dios”.
-El tercero y último motivo es dar testimonio de que “la fe católica está viva en nuestra sociedad y en Occidente, que la llama sigue viva en nuestras almas y en la de millones de hermanos en la Fe en todo el mundo. Vivir sin Fe y sin sostener en una lucha continua la Verdad, no es vivir, sino ir tirando. Nosotros debemos vivir”.