Henry King en 1943 dirigió la película La canción de Bernadette basándose en la novela de Franz Werfel,una versión muy fiel a los hechos acaecidos en 1858 en Lourdes, cuando la Virgen María se apareció a Santa Bernardita (o Bernadette). La película obtuvo cuatro Oscar, entre ellos el de mejor actriz principal, con Jennifer Jones interpretando magistralmente a la joven vidente.
Esta película, además, tocó corazones y almas, como la de John Curtis Barnes, que hoy es el director de música de la parroquia de Saint Peter the Fisherman (San Pedro Pescador) en Mountain Home (Arkansas, EEUU) pero a finales de los años 60 era un adolescente protestante, de la Iglesia Baptista.
"Me convertí a finales de los años 60. Vi la película La Canción de Bernadette y eso me inspiró para explorar la Iglesia Católica y eso es lo que hice. Me convertí bajo el pastoreo del padre Lawrence Maus de la parroquia de Saint Joseph en Center Ridge", explica al Arkansas Catholic.
Un brazo paralizado… y el agua de Lourdes
Poco después, con 18 años, una enfermedad dañó su nervio radial y paralizó su brazo. Era una gran tristeza para él, que desde los 10 años tocaba el órgano en la iglesia y era un organista entusiasta.
"Durante casi dos años no pude mover mi mano. Como había entrado en la Iglesia gracias a Nuestra Señora de Lourdes hice que me trajeran agua bendita de Lourdes. Pensé: 'bien, ella me curará'. No voy a decir que fuese un milagro pero… pero tras la segunda operación el médico no me daba ni una posibilidad entre un millón de mover de nuevo la mano. Y tras esto empecé a moverla. Sus palabras exactas fueron: 'es un milagro de Dios'. Le doy el mérito de todo lo que hago hoy a Dios".
Así, tras invocar a la Virgen de Lourdes y su agua, con la mano curada, John Curtis, que tiene 64 años, ha tocado el órgano para Dios ya durante 54.
Lleva 35 años como director del coro de adultos, con 22 miembros, y toca en tres misas a la semana (sábado a las cuatro de la tarde y domingo a las siete y las once de la mañana). También toca durante la adoración eucarística de los miércoles. Y cuenta con dos organistas auxiliares, que a veces le sustituyen y por lo general sirven en otras misas.
Ya se jubiló de su trabajo en una funeraria (director de funerales y embalsamador) y tiene más tiempo para rezar. "Leo 'la Oración del Cristiano', una versión para laicos de la Liturgia de las Horas. Rezo el Rosario, voy a misa diaria. Adoro al Señor en el Santísimo Sacramento. Intento tener una vida de oración profunda", explica.