No es un sitio al que sea especialmente fácil llegar (hay un tren cremallera, un funicular y una carretera) pero cada vez atrae más gente: la abadía de Montserrat (www.abadiamontserrat.net), con sus impresionantes paisajes y formaciones rocosas, y su pequeña virgencita románica, de madera de álamo del siglo XII, que al ennegrecerse con el tiempo ha adquirido su característico color negro.
Probablemente, cuando en 1881 el papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de Montserrat como patrona de las diócesis de Cataluña, no pensaba que antes de que pasaran 140 años el lugar atraería tanta gente: 2,7 millones de visitantes en 2017, según el Observatorio de Turismo de Barcelona.
El lugar más visitado en Cataluña es Port Aventura, el parque de atracciones, se calcula que con unos 5 millones de visitantes anuales. Le sigue La Roca Village (un lugar de compras de outlet), con 4,6 millones; la basílica de la Sagrada Família de Gaudí con 4,5 millones; el Parque Güell, también de Gaudí, con 3,1 millones y Montserrat queda en ese grupo de cabeza con 2,7 millones. Supera al Museo del Barça (1,8 millones) y al Acuario de Barcelona (1,6).
El crecimiento en Montserrat ha sido grande: 200.000 visitantes más que en 2016, que a su vez era ya su mejor cifra. El turista y visitante que acude a Barcelona (toda España está batiendo récords absolutos de turismo) considera una de sus prioridades visitar este santuario.
A modo de comparación, cabe señalar que El Pilar de Zaragoza y Torreciudad, en Aragón, recibieron a lo largo de 2014 1.100.000 turistas religiosos (unas 200.000 pasan al año por Torreciudad, otro santuario de montaña con una talla románica de la Virgen).
Por su parte, Santiago de Compostela contabiliza 300.000 peregrinos al año (con su acreditación de peregrino, la llamada «compostela») y muchos más visitantes. El santuario de Covadonga, en Asturias, en año jubilar, aspira a atraer 1,2 millones de visitantes durante 2018, algo que nunca ha logrado hasta la fecha.