Desde 1994, una gran imagen mariana de nueve metros preside imponente el madrileño Parque del Oeste. Cada semana, multitud de católicos acuden a este monumento erigido por la asociación Campaña Nacional de Oración para rezar mientras pasean. Sin embargo, los primeros sábados de mes suponen la gran ocasión de esta organización para reunir a decenas de devotos ante el monumento con un objetivo: rogar a la Virgen «por la salvación de España y del mundo».
Pero el rosario «es muy anterior a la instalación del monumento», cuenta a Cari Filii la presidenta de esta asociación, Leticia Sánchez del Corral. De hecho, con su origen en 1975, «es una de las iniciativas de oración pública más antiguas de las últimas décadas en España«.
Desde entonces, sin más aviso que la costumbre y compromiso de los asistentes y un ocasional recordatorio por WhatsApp y redes sociales, cada primer sábado de mes a las 17:00 horas -se retrasa a las 18:00 en julio, agosto y septiembre- multitud de fieles acuden puntuales a la cita.
Sánchez Del Corral conoce sobradamente la historia de esta obra mariana, pues fue su padre, Juan Sánchez del Corral, el que logró la financiación y los permisos para instalar el monumento en el Parque del Oeste. Los fieles y donantes costearon con donativos y aportaciones el importe total del monumento.
De hecho, la imagen «se iba a instalar en la Rosaleda el parque del Retiro, donde llegaron a hacerse incluso los cimientos», pero una repentina retirada de la autorización obligó a la organización a improvisar una nueva ubicación. Desde entonces, cientos de devotos itinerantes llevaron sus oraciones a la Plaza de la Villa de París hasta que en 1994 se instalaron definitivamente en el Parque del Oeste tras años de incomprensiones y negativas por parte de las autoridades.
Un rosario «por la salvación de España»
El monumento, diseñado y realizado por la escultora segoviana Prudencia Sanz e instalado por el arquitecto Rafael Carrasco cumple una evidente función ornamental, si bien el objetivo de Juan Sánchez del Corral era doble. Uno de ellos fue dar a Madrid el primer monumento a la Virgen cuando María no estaba presente en ningún punto público de la capital, con la intención de que sirviese para unir la oración pública de los fieles.
Del mismo modo, los organizadores de la Campaña Nacional de Oración consideraban importante la presencia de María en un parque donde el Ángel Caído tenía no solo un lugar preminente, sino también previo al de la Virgen.
El papel de este rosario público, dirigido por la hija de su fundador, tiene un marcado componente reparador y una mentalidad militante «frente a una descristianización y un relativismo total».
Y es que como hace casi 50 años, una de las principales intenciones del rosario sigue siendo rogar por la disminución de la fe en España y el mundo. De hecho, el monumento está inspirado en las palabras de la Virgen María a San Antonio María Claret, «en el rosario está cifrada la salvación de tu patria» y a sor Lucía de Fátima, «Dios quiere que mi Corazón Inmaculado se venere junto al Sacrantísimo Corazón de Jesús».
«Un arma muy poderosa» frente a la crisis de fe
«El rezo del rosario puede eliminar los problemas que hay en España -coincide en el laicismo, el aborto, la pornografía o la crisis, entre otros-. El rezo del rosario es un arma muy poderosa que tenemos que aprovechar«, menciona Sánchez Del Corral.
Cada vez son más las iniciativas de oración pública en España y en todo el continente europeo, -algo que Del Corral considera «fundamental»- y la Campaña Nacional de Oración es sin duda su pionera en la España actual.
«Es muy importante la oración como expresión pública de la fe y que la gente lo vea», opina. Especialmente si las intenciones son «la conversión y la paz».
El rezo de este rosario público dispone desde su origen de la asistencia espiritual de sacerdotes que voluntariamente se prestan a rezarlo acompañando a fieles y laicos, promotores de la iniciativa. Los primeros sacerdotes que colaboraron con este rosario fueron el siervo de Dios Alfonso López Sendín o don Hipólito Gil Balbás. Actualmente, la dirección espiritual del mismo recae en el sacerdote Raúl Olazabal.
El monumento, sufragado por suscripción popular y donativos y bendecido por el cardenal don Marcelo González Martín el 7 de octubre de 1998 supone un refinado proceso escultórico. En su base, una esfera que representa el mundo contiene tierra proveniente de más de 700 conventos femeninos de clausura toda España. Esta sostiene a una Virgen de 4 metros de altura rodeada en sus pies por cuatro ángeles de algo más de un metro. Una gran columna de piedra blanca sustenta a la Virgen y la alza sobre el suelo, reuniendo en ella la representación de los misterios gloriosos, gozosos y dolorosos. La imagen de la Virgen se presenta con el niño en brazos mostrando ambos sus Sagrados Corazones.