Este domingo 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, fue la fecha elegida por el obispo de Beauvais, Jacques Benoit-Gonnin, para reconocer oficialmente el septuagésimo milagro obtenido por intercesión de la Virgen en el santuario francés. Se da la circunstancia de que la persona que recibió la curación milagrosa, en 2008, se llama Bernadette, como la joven a quien se apareció Nuestra Señora en la gruta de Massabielle a lo largo de 1858.
Se trata de la hermana Bernadette Moriau, de 79 años, franciscana oblata del Sagrado Corazón de Jesús, quien, según recoge Aciprensa, sufría desde finales de la década de 1960 el síndrome de cola de caballo, un tipo de estenosis raquídea que afecta a la cauda equina, el conjunto de nervios situados al final de la médula espinal. La religiosa no podía andar.
En un video difundido en YouTube, la hermana recuerda que “en febrero de 2008, mi médico me invitó a una peregrinación diocesana del 3 al 7 de julio (…) Nunca había estado en Lourdes y ya enferma iba para allá con la alegría de todos los peregrinos, ya que ese año celebramos los 150 años de las apariciones de la Virgen María”. “En la gruta sentí la presencia misteriosa de María y de la pequeña Bernardita”. “Yo no pedí la curación, sino la conversión del corazón y la fuerza de proseguir mi camino”, continuó la religiosa.
El 11 de julio, cuatro días después de concluida su peregrinación a Lourdes, durante un momento de adoración al Santísimo en su comunidad, “experimenté una sensación de calor y una mejoría en todo mi ser. Me sentí bien”.
El obispo de Beauvais explica en un comunicado oficial que ese día, cuando la religiosa concluyó la oración y volvió “a su cuarto, se quitó todos los aparatos” e “inmediatamente comenzó a caminar sin ayuda, de manera totalmente autónoma. Sus hermanas atestiguaron el hecho”.
Después de presentarse a su médico, la hermana decidió acudir al Comité Médico Internacional de Lourdes, quienes en su asamblea del 18 y 19 de noviembre de 2016, y tras una serie de pruebas y exámenes realizados en el lapso de los 8 años que duró la investigación, concluyen que la curación de la hermana “es inexplicable en el estado actual de nuestros conocimientos científicos”.
El obispo refiere que fue informado de esto hace un año, en febrero de 2017, tiempo en el cual pidió a una comisión diocesana revisar la naturaleza de la curación. “Después de haberla escuchado (a la comisión), teniendo en cuenta la conclusión del Comité Médico y de la relación entre la curación y la peregrinación efectuada por Sor Bernadette a Lourdes, y después de haber rezado” durante varios meses, “decidí reconocer el ‘carácter prodigioso-milagroso’ de esta curación, como signo dado por Dios por intercesión de Nuestra Señora de Lourdes”.
En declaraciones al diario francés Le Figaro, monseñor Benoit-Gonnin refiere que no conocía a la religiosa antes del milagro y que para discernirlo se dejó conducir “por la conclusión médica, el contexto de la curación y la convicción de que Dios actúa aún hoy, como Él quiere, para hablarle a los hombres”.
Tras expresar su alegría por este milagro, el prelado comenta que el hecho de “poder expresar, en conciencia, que Dios ha intervenido, es algo que me sobrepasa”.
“En efecto –concluye Mons. Benoit-Gonnin–, para la Iglesia un milagro es una acción de Dios que dice algo de Él y de su designio para la humanidad. Con frecuencia el milagro es obrado por la intercesión de un santo que es invocado. En este caso Dios actúa por intercesión de la Virgen María, venerada en Lourdes”.