El viernes 13 de abril, el rosario que sostiene la imagen de la Virgen en el santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya (Italia) empezó a balancearse. Según explicó el vicerrector de la basílica, Ivan Licinio, se había desenganchado de su sujeción a la estatua, por lo que tuvieron que subir los bomberos a engancharlo de nuevo. Como circulaban interpretaciones sobrenaturales, aprovechó para hacer una reflexión: «El auténtico milagro sucede cuando el viento del Espíritu hace oscilar el corazón hacia la conversión. ¡Cuando cambiamos de vida, entonces sí que la Virgen está contenta!».