Del 19 al 23 de abril tiene lugar uno de los actos de devoción mariana más singulares del mundo, que desde 1958 reúne a miles de militares de cuarenta naciones en la común veneración a la Madre de Dios. Éste es el promocional de la diócesis castrense francesa: «Que cada uno, al rezar por su patria, rece también por las otras patrias», pidió, como semilla de paz, el entonces obispo de Tarbes y Lourdes, Pierre-Marie Théas.