Ocho años y medio después de las apariciones de Lourdes, que comenzaron el 11 de febrero de 1858, Bernadette Soubirous (1844-1879), aún una joven, ingresó en el convento de las Hermanas de la Caridad en Saint Gildard, en Nevers. Se alejaba así setecientos kilómetros de la gruta de Masabielle, huyendo de todo protagonismo. Algo que ha continuado tras su muerte y luego canonización en 1933: mientras que Lourdes es uno de los principales destinos de peregrinación del mundo, un número comparativamente muy bajo de personas acude a rezar ante su cuerpo incorrupto.
Pero este año será distinto, o al menos es lo que va a intentar la diócesis de Nevers con la celebración especial del 150º aniversario de la llegada de la santa a la ciudad. Fue la tarde del 7 de julio de 1866 cuando se bajó del tren, tras tres días de viaje, acompañada de la superiora de Lourdes y de otras dos jóvenes. El 30 de octubre de 1867 hizo allí sus primeros votos junto a otras 44 novicias, y durante los trece años siguientes fue enfermera auxiliar, responsable de la enfermería, sacristana y, con mucha frecuencia, paciente ella misma, hasta morir a los 35 años de edad por un tumor en una rodilla y una tuberculosis pulmonar.
Bernadette, su «propia» Puerta Santa
El pasado jueves 7 de enero, el obispo Thierry Brac de la Perrière abrió la Puerta Santa del llamado Espacio Bernadette, la segunda de la diócesis, junto con la de la iglesia de San Pedro. Se unían así tres acontecimientos: el Año Santo Jubilar decretado por el Papa Francisco, el 150º aniversario de la llegada de Bernadette a la casa madre y noviciado y su propio aniversario, pues nació un 7 de enero de 1844.
«Este año 2016 nos ofrece un doble camino jubilar: el del Año Santo de la Misericordia y el de Santa Bernadette», dijo monseñor Brac preparando el acto: «Pero los dos son en realidad uno. Bernadette nos introduce bien en el misterio de la misericordia. Nos enseña la humildad, la sencillez, la paciencia, el olvido de uno mismo, el servicio a los enfermos, la atención a todas las personas. Pero también nos enseña (y ella misma aprendió) la confianza en Dios, el abandono, y aúnmás la unión a Jesús en la Cruz«.
Tras invitar a todos a aprovechar el año jubilar para perdonar, para convertir nuestro corazón y para estar atentos a las necesidades de los demás, monseñor Brac de la Perriére recordó que la principal puerta de la misericordia «no es la de San Pedro ni la de Saint Gildard, sino que es la entrada de nuestro propio corazón«.
Ocasión única para una espiritualidad mariana
Durante el año del aniversario de Bernadette hay programado un amplio número de eventos de evangelización y espiritualidad. Entre ellos destacan: el relato público de las 18 apariciones en las fechas en que tuvieron lugar en 1858; la misa que presidirá el 7 de julio el nuncio de Su Santidad, Luigi Ventura; un retiro espiritual del 16 al 23 de abril; y otro especial para jóvenes de entre 20 y 30 años en el fin de semana de la Ascensión, del 5 al 7 de mayo.
Pincha aquí para conocer el programa completo de actos y la forma de participar en ellos para vivir el Jubileo de la Misericordia en el espíritu de Santa Bernadette.
Pincha aquí para leer el llamado Testamento Espiritual de Santa Bernadette, escrito por Marcelle Auclair.