El impresionante monumento de acero, de 16 metros de altura, se inauguró en 1860 sobre una roca volcánica de 132 metros a la que eleva hasta los 757 metros de altitud, dominando todo el valle sobre Puy-en-Velay, en el departamento francés del Alto Loira, un pueblo que es paso obligado en el Camino francés hasta Santiago de Compostela.