Miguel Ángel Gamero, director de Patrimonio de la diócesis de Málaga, predicará la Novena en honor a Santa María de la Victoria, patrona de la ciudad andaluza, que se celebra del 30 de agosto al 7 de septiembre en la catedral malacitana. Al templo llegó este domingo desde su santuario, bajada en el Rosario de la Aurora. Don Miguel Ángel, que es también canónigo de la catedral, acaba de ser nombrado por el monseñor Jesús Catalá, obispo de Málaga, director espiritual del seminario.
Y en una entrevista de Beatriz Lafuente en el portal diocesano deja clara la devoción a la Virgen María como quicio de la espiritualidad que va a transmitir a los futuros sacerdotes.
«Es un servicio hablar de Dios y de la Virgen María, en cualquier lugar y por muy pequeño que sea», afirma en referencia a su tarea inmediata como predicador de la Novena: «La devoción a la Virgen María está muy arraigada y muy metida en el corazón de todos los fieles… Cada persona ha crecido o tiene una devoción particular, por eso la patrona debe ser signo de comunión entre todos a nivel mariano«.
Gamero hace un hincapié particular en la maternidad de la Virgen: «Lo primero que dice la Iglesia sobre María es que es Madre, y fue precisamente ese sentimiento el que llevó a la gente del pueblo a ‘manifestarse’ para que la declararan Madre de Dios, no solo madre de Jesús, en el Concilio de Éfeso, en el año 431″.
Ese dogma (Theotokos, Madre de Dios) explica todos los demás: «Por ser madre de Dios, Él la preservó del pecado original, es inmaculada en su concepción y se adelanta al resto de los humanos en su asunción al cielo, y todo es por la misión tan especial que le fue encomendada, como fue ser la madre del Hijo de Dios».
Como experto en arte cristiano, don Miguel Ángel recuerda que las representaciones de María como Madre son las más antiguas: «Ya en las primeras representaciones de la Virgen, las de las catacumbas de Priscila en Roma, uno de los cementerios romanos más antiguos que conocemos, hay frescos que representa la maternidad de María».
En la Virgen proyectamos «a nivel espiritual» todos los sentimientos que albergamos hacia «nuestra madre natural», con quien mantenemos un «lazo que nunca se rompe» porque en ella está «el origen, la vida».
Por último, Gamero confiesa que ha vivido en su propia experiencia el viejo adagio De Maria nunquam satis [De María nunca es bastante] al preparar las conferencias de la Novena: «Primero pensé que no tenía tanta capacidad para hablar sobre la Virgen María y, en cambio, cuando me senté a prepararla, me faltaban días para decir todo lo que quiero decir sobre Ella. La novena estará centrada en María como Madre de Dios».