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El «milagruco» de la comunión visible, la desconcertate polvera o la conversión del doctor Morales: los curiosos sucesos de Garabandal

 

Los sucesos de Garabandal y las supuestas apariciones de la Virgen en este pequeño pueblo cántabro en los años 60 del pasado siglo están de nuevo de actualidad. El próximo 2 de febrero se estrena la película “Sólo Dios lo sabe”, que cuenta los éxtasis de las cuatro niñas –Conchita, Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz- los mensajes que le dio la Virgen, la reacción de la gente y de la jerarquía y otros sucesos extraordinarios que rodearon a este fenómeno.

En la película se da relevancia, entre otras cosas, a tres sucesos concretos basado en hechos que ocurrieron durante y después las apariciones, que comprendieron entre 1961 y 1965. El principal y el que supuso el punto de inflexión fue el conocido como “milagruco” o “comunión visible” de Conchita. Otro hecho curioso fue el de la bendición de la polvera por parte de la Virgen y que sorprendió a todos los presentes en aquel momento. Y en un plano más personal destaca la conversión del doctor Morales, director de la comisión de investigación que negó los hechos sobrenaturales y que dos décadas más tarde se retractó públicamente y dijo que creía en lo que pasó en Garabandal.

El “milagruco” o la comunión visible

La primera visita del arcángel San Miguel que anticipaba la de la Virgen se produjo en junio de 1961. Un año después y pese a que estos éxtasis se extendieron hasta 1965 había muchos creyentes pero también muchos escépticos e incluso contrarios a lo que sucedía en Garabandal. Incluso la comisión de investigación aseguraba que no veía nada sobrenatural.

Ante esta situación, las niñas videntes habían pedido a la Virgen varias veces que realizase un milagro para que la gente creyera. Según contaron ellas, un día el ángel comunicó a Conchita que en una fecha que le indicaría la Virgen, cuando San Miguel le llevase la comunión, que hasta ese momento era invisible para cualquier persona, esa Hostia consagrada se haría visible en su lengua.

Este hecho se produjo el 18 de julio de 1962, y al saberse con quince días de antelación acudieron a esta pequeña aldea miles de personas.  Ocurrió de madrugada cuando Conchita entró en éxtasis, salió de su casa y en una calle contigua cayó de rodillas. Allí se arremolinaban cientos de personas. Entonces Conchita abrió la boca y sacó la lengua. Estuvo así varios minutos y de repente una hostia blanca y que los testigos aseguran que brillaba apareció en su lengua durante casi un minuto hasta que finalmente cerró su lengua.

El momento fue captado por una cámara de 8 milímetros aunque los críticos aseguraron que ella había colocado esa forma en su boca.

Momento de la comunión visible captado por la cámara

Uno de los testigos allí presentes explicó en el libro Se fue con prisas a la montaña lo que vio en aquel momento. “Eran exactamente las dos menos cuarto de la madrugada”, afirmaba Etelvino González, que recordaba que “había luna llena y además, muchas linternas en torno a la niña, aún antes de aparecer en su lengua el objeto de pronóstico. Yo mismo, que estaba de espaldas a ella (a distancia como de un metro), al oír gritar: ¡La Forma!, me volví, enfocando con mi linterna su boca abierta, de frente”.

“Con toda certeza”. Esto es lo que respondió cuando le preguntaron si lo que había en la lengua de Conchita era una forma para comulgar.  “El objeto era un cuerpo blanco, del mismo tamaño y figura que las formas utilizadas para la comunión. Tal vez más grueso; daba la impresión de ser algo esponjoso, y estaba perfectamente adherido a la lengua”.

Otro testigo situado en primera fila, Miguel Díez aseguró: “Yo lo vi. Vi perfectamente cómo sacó la lengua limpia, sin nada; y sin meterla para adentro, le brotó de pronto una hostia blanca”.

La famosa polvera

En la película sobre Garabandal se destaca igualmente otro hecho que llamó la atención de todos los que estaban presentes y que tuvo un gran simbolismo: se trata de la polvera que una mujer ofreció a la Virgen para que la besara.

Desde el inicio de los éxtasis las niñas aseguraban que jugaban con la Virgen María, a la que llamaban “Nuestra Madre” y a veces ofrecían piedras para hacer reír al Niño Jesús, que en ocasiones le acompañaba. La Virgen cogía estas piedras, las besaba y decía a las pequeñas que se le dieran a personas concretas.

Una de las videntes ofrece a la Virgen un rosario para que lo bese

Rápidamente, la gente empezó a dar a las niñas rosarios, anillos y otros objetos religiosos para que los besara María. Eran tantos que al final directamente los interesados los colocaban en una mesa, por lo que las videntes no podrían saber de quién eran. Sin embargo, los testigos aseguraban que con su mirada puesta en el cielo devolvían siempre cada objeto a su dueño aunque no le mirasen.

Un día, entre los objetos apareció una polvera. Los presentes e incluso las niñas se extrañaron enormemente al tratarse de un objeto no religioso. Sin embargo, cuando se le presentaron todos la Virgen, lo primero que pidió fue la polvera asegurando que era “algo de su hijo”.

Al terminar el éxtasis, la dueña de la polvera desveló que este objeto se había utilizado durante la Guerra Civil española para llevar a escondidas la Eucaristía a personas encarceladas y que iban a ser ejecutadas.

La conversión del doctor Morales

La película concluye con la retractación pública del doctor Luis Morales, director de la primera comisión de investigación que se produjo en plenas apariciones. En su informe aseguró que no había nada sobrenatural en Garabandal y su documentación fue clave para las decisiones futuras. En 1983 en el Ateneo de Santander, y con permiso del entonces obispo, afirmó que había puesto trabas a las investigaciones y retractándose de su opinión negativa dijo que sí creía en las apariciones de la Virgen.

El doctor Morales analizando a una de las videntes en pleno éxtasis

Este cambio se produjo tras haberse convertido durante la enfermedad que acabó con la vida de su esposa, que murió en paz gracias a un crucifijo que habría besado la Virgen en Garabandal.

La conversión del doctor Morales se produjo en el hospital de Valdecilla en Santander. Su mujer sufría un cáncer muy doloroso y además estaba muy intranquila pero tras besar dicho crucifijno recuperó la paz interior y vivió su último mes de vida de una manera que conmovió a su marido. Ella murió tras recibir los sacramentos.

Pero a la vez sucedió otro hecho en este hospital y con esta cruz que convenció definitivamente a Luis Morales. Se trató de la curación de Antonio Francisco Bonin, enfermo terminal de cáncer, y que también besó el crucifijo.

Un día, Morales escuchó al médico exclamar que lo que había pasado con Antonio era un milagro. Se había curado del cáncer cuando ya estaba desahuciado.  Así se inició el proceso de este médico, lo que le llevó a convocar una conferencia para revocar su juicio negativo sobre Garabandal.

María, Reina de las familias, ruega por nosotros

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