Juan Cadarso – Domingo Aguilera Pascual es físico de carrera y dirigía una empresa de telecomunicaciones cuando descubrió a la Virgen María como sinónimo de «belleza«. A partir de ahí, todo cambió y, junto a su hermana, licenciada en Bellas Artes, abrió un taller de restauración.
Su devoción mariana es tan grande que ha escrito un libro titulado «Las relaciones de María. La mujer en la Iglesia del siglo XXI». Desde su casa de Madrid atiende a Cari Filii para hablar de la importancia de María en el panorama cultural actual, de la belleza como vehículo para llevar a Dios y del arte en la Iglesia Católica.
-¿La belleza salvará al mundo? Esa belleza… ¿puede ser la Virgen?
El demonio nos ha robado la belleza, ha utilizado al arte moderno para meter una belleza con minúsculas. Ahora la belleza es darle «like» a una foto. Vivimos en una belleza de lo feo. Es una belleza instintiva, no una belleza que ilumina a la persona. La belleza tiene que ser algo que emocione, no que apele solo a los instintos.
»Ahora tenemos una belleza adulterada. Cuando se saca a la belleza de su raíz, se convierte en algo caduco. La mayor parte del arte moderno ha pretendido ser creador, y no, como debería ser, cocreador con Cristo.
»Uno de los pecados que hemos cometido es presentar a la Iglesia como un conjunto de mandamientos, de cumplimientos, de cosas que hay que hacer… cuando lo que Dios nos dice es que vayamos a gozar de la belleza. Y, eso, se consigue a través de María, que lo hace más fácil, porque es una mujer que nos invita a ver la belleza de la fe. Dios nos da un don y, a veces, lo cogemos como una carga, porque no lo hacemos bello.
»La Virgen es la persona más bella del mundo, es la persona que más ha sido tratada en el arte, y es bella, porque es la madre de la belleza, que es Jesucristo, y porque es la criatura más bella a la que Dios ama.
»En los primeros siglos, la Iglesia luchó por la verdad, por la bondad… pero, en esa guerra, el demonio sabía que tenía poco que hacer, porque está claro donde está el bien y dónde está el mal… pero se dio cuenta de que debía utilizar la belleza como una herramienta suya para quedarse en lo superficial.
-¿Cómo se vive la causa de la belleza en la Iglesia actual?
Pienso que si tener hijos se viera como algo bello, no habría aborto. Podemos presentar muchas argumentaciones que apelen a la razón, pero si no tenemos la misma base, es muy difícil que coincidamos. Mientras que la belleza es sincera, la belleza nos gusta, nos entra. Si el matrimonio lo presentamos como algo bello y no como un contrato… yo con un contrato no me vinculo, lo llevan mis abogados, pero con algo bello sí.
»Si uno mira a la Virgen ve que tiene la vida más bella de todas. Cuando no se tiene como referencia la Virgen no se tiene como referencia la belleza, y se nos hace la vida muy larga. Después de la venida de Cristo a la tierra no ha habido más profetas, cuando la cosa se pone mal, viene Ella directamente. La Virgen quiere salvar a la humanidad a través de la belleza, la salvación por la verdad es muy lenta, partimos desde culturas distintas… además, la verdad es una, es Dios, pero no es uniforme.
»Y, para ello, hay que cambiar el foco e ir a una belleza contemplativa. La belleza no es lo inmediato, la belleza es contemplativa. ¿Qué hacen los santos? Contemplar. Si queremos inmediatez, no tendremos belleza, y veremos todo como feo.
-Y, el arte actual… ¿es bello?
Los judíos ponen unas leyes muy rígidas sobre la liturgia, se define cómo tiene que ser el Arca, de qué material, de qué dimensiones… También se le explica a Salomón cómo tiene que ser el Templo… Sin embargo, San Pablo en el Areópago habla de la belleza, de abrirse a ella, y la Iglesia rápidamente coge lo mejor del arte griego. Después hace el barroco, que no es un culmen, sino un paso más en la Iglesia…
»Durante muchos años ha existido una belleza clásica, pero el lenguaje de la sociedad ha cambiado, y, ahora, va hacia los símbolos. El diseño ahora es más importante que el contenido. Antes, lo importante era la catequesis que había detrás. Pero, en la belleza moderna eso ya no existe, no se reconoce, la juventud no sabe qué es todo aquello.
»Hoy, por ejemplo, se hace música sacra que lleva a Dios, y en la pintura pasa lo mismo. Venancio Blanco, por ejemplo, empezó haciendo escultura clásica, pero era una persona tremendamente cristiana y piadosa. Para él, cada escultura era un paso en la fe. Se puede arriesgar con artistas que sean verdaderos artistas, además de creyentes, o, también, se puede continuar con lo que ya hay.
»Por ejemplo, el arte de Rupnik, que ha vuelto a un concepto de arte bizantino. Pero, la propuesta del arte para hoy no puede ser el románico, porque el románico ya pasó. Es cierto que en Oriente lo bizantino ha permanecido, pero en la sociedad occidental, en la sociedad abierta, ya pasó. Eso es lo que comprende muy bien San Pablo, que hay que salir de todo el arte que tenían los israelitas.
»Miguel Ángel, ¿es un artista católico o un católico artista? Cuando se cataloga de «arte católico», estamos haciendo una descalificación al arte. El arte es arte y luego versará sobre temas religiosos, o no. Miguel Ángel hace arte litúrgico y no litúrgico. El principal problema que tienen los artista de hoy es que quieren crear sin Dios, sin el creador, sin la tradición. Si queremos demostrar lo que Dios es, tenemos que crear dentro de ese misterio. O, hacemos involucionismo, con un arte muy clásico, o nos arriesgamos. Si no arriesgas, no recogerás a la gente que ahora mismo vive, por ejemplo, del diseño. Que no saben lo que es el arte, que no les gusta un cuadro de Goya. Que solo les gusta un color, el diseño de un iPad…
-¿Cómo se está cultivando la belleza, a través del arte, en la Iglesia de hoy?
Hoy en día, en muchas ocasiones, se hace artesanía. No se tiene dinero y se hace cualquier cosa. A veces, vale la pena esperar un poco y hacer las cosas bien.
»El arte llega de un desapego del artista, es una criatura del artista, que tiene que concebirla, madurarla y sacarla. Si eres un verdadero artista, y haces un motivo religioso, y lo metes en el misterio de la fe, eso perdura. A mí me impresionó descubrir que el último proyecto que tenía Miguel Ángel en su cuaderno era una Trinidad abstracta. Miguel ángel era un genio de los volúmenes, de los cuerpos, y al final quería hacer eso… El arte evoluciona a conceptos. Una talla que no tenga nada que decir, nos cansa, está bien, porque decora, pero nada más. Sin embargo, cuando una talla nos dice algo nuevo cada día, cuando revela el misterio, se establece un diálogo, y eso perdura.
»A mediados del siglo XX la idea era romper los moldes, y eso ya iba mal de entrada, porque se trata de mejorar lo anterior. Se han hecho cosas en la Iglesia que no se han madurado. Se utilizaban materiales de construcción como materiales nobles, cuando, en el Antiguo Testamento, Dios dice que se ponga madera de cedro, oro… Como era arte, podíamos poner un vaso sagrado de cerámica, o un no se qué de hormigón… Se generó mucha confusión y se hicieron tallas que no eran ni litúrgicas ni arte. El Cristo de Velázquez se puede poner en una iglesia o se puede vender, porque es arte, pero una talla hecha porque sí, al final no vale ni para la liturgia ni es arte. Esas piezas no llevaban a la gente a rezar. El arte litúrgico tiene una función clarísima, que es invocar la piedad para llegar al misterio. Si el arte moderno tiene que explicar continuamente lo que se ve, es forzar la realidad, y eso no puede llevar a Dios. Si los artistas modernos permanecen en recoger la tradición, y plantean un nuevo arte que expanda el espíritu de la gente, ese arte perdurará.
-Y, ¿qué ocurre con el arte más clásico?
La imaginería, por ejemplo, no es un arte contradictorio ni sustitutorio con el arte moderno. Se trata de crear nuevos artes, pero no sustituir a ninguno. Hay grandísimos artistas en la imaginería, y este arte, estoy seguro, de que no pasará, como tampoco pasará la música gregoriana.
-Regresemos a María… ¿cómo es presentada en la cultura de hoy?
En cuanto hay un atisbo de belleza, la Virgen lo aprovecha. La Virgen, además, rompe todos los moldes y aprovecha los resquicios para que nos unamos a Ella. Lo que está haciendo The Chosen, por ejemplo, es espectacular. Hace un cine muy bonito, muy bien hecho, de buena calidad, que atrae a la gente. Lo que es bueno atrae a la gente. Lo que dices, ‘esto que no me sirve, lo llevo a la iglesia, para que lo pongan allí’, pues no.
-Y, ¿puede ser interesante la figura de la Virgen para la sociedad actual?
La Virgen es el modelo de mujer. Jesucristo la llama «mujer» en el Génesis, en las Bodas de Caná, en la cruz, en el Apocalipsis… Cristo, cuando se refiere a su madre, la llama mujer, y es un modelo de mujer que debe atravesar a toda la sociedad. María nunca abandona a su hijo. La Iglesia no puede ser sin María.
»La virgen ha dicho que va a salvar a los hombres y se ha lanzado a ello. Lo vemos en fenómenos como Medjugorje, que tienen muchísima fuerza. El mensaje de la Virgen es que Dios nos quiere mucho y que podemos irnos al cielo. En cuanto le dejas un hueco Ella se cuela. La Virgen es la solución para esta sociedad, es una institución que no falla, que acoge siempre.
»La Virgen no te va a fallar, te quiere como eres. Te va a presentar un universo maravilloso porque quiere sacarte de la vida pegada a las sensaciones, para llevarte a la vida de las emociones, que son, en definitiva, las conversiones.
»Yo, por ejemplo, tenía una devoción a la Virgen de un cristiano normal, pero mi hermana se puso a estudiar Bellas Artes, y empezó a enseñarme que María es la belleza en el arte y que Ella es el remedio. La Virgen quiere a todos, hasta al más asesino. En las cárceles se ve… como muchos dicen que solo creen en la Virgen… pues ya está, agárrate a Su mano, que Ella te sacará. La Virgen tienen un poder sobre su hijo, y es que, es su madre. Le dice: ‘A este le salvas’, y Él le salva. Es la puerta del cielo.