El ya cercano 11 de febrero, día de la festividad de la Virgen de Lourdes, el Papa San Juan Pablo II decidió establecer la Jornada Mundial del Enfermo, pues es íntima la relación de María con los que sufren por lo que cada año este santuario recibe a decenas de miles de enfermos que buscan su consuelo en su Madre.
Una de las imágenes más características que se pueden observar en Lourdes es a jóvenes scouts de distintos grupos ataviados con una pañoleta blanca alrededor del cuello acompañando, sirviendo y ayudando a los enfermos. Son los foulards blancs, ya un referente histórico en el santuario y que estarán muy representados durante estos días.
Principalmente de Francia, pero también provenientes de otros países como España, estos voluntarios, en los que también hay adultos, que se ofrecen para estar con los enfermos que peregrinan de todo el mundo se apoyan en tres pilares: servir juntos, vivir juntos, orar juntos.
Una pañoleta cortada de las sábanas de los enfermos
Aquellos que son miembros llevan una pañoleta blanca muy especial para ellos que se corta simbólicamente de las sábanas de los enfermos y prometen estar al servicio de los pacientes y de la comunidad.
Algunos de ellos llegan a Lourdes sin saber muy bien qué iban a hacer. Es el caso de Thibaut, de 21 años, que cuenta a Aleteia que en su primer viaje “me encontré en Lourdes sin saber muy bien por qué. Fui con mi grupo. Yo tenía 17 años y era un periodo en el que no tenía una vida religiosa real. Iba a la iglesia solo con los scouts, pero esa semana descubrí cosas que no conocía”.
Desde entonces, este joven francés repite cada año ya como foulard blanc y sabiendo que no es un juego de niños a lo que se enfrenta. Desde limpiar la habitación de los enfermos a ayudarles a vestirles, acompañarles. Todo ello desde la mañana a la noche. En su primer día recuerda la llegada de los enfermos a Lourdes: “en ese momento tenía una especie de miedo de las personas mayores. Recuerdo que cuando llegaron los pacientes, casi me da un ataque de pánico pero seguí adelante”. Y asegura que esa semana descubrió que “las personas a pesar de la edad y la enfermedad tienen una gran esperanza y una vida llena de alegría”.
Este joven vio que podía salir de sí mismo, de su sofá, de su vida para darse por otros aunque fuera durante una semana. Y como dice otra joven de este grupo llamada Miriam: “todo esto es un don pues recibimos mucho más de lo que damos”.
Pero también enriquece a los enfermos la presencia de estos scouts y no sólo por su ayuda física pues para ellos es una oportunidad de contagiarse de la vitalidad de jóvenes llenos de vida dispuestos a servirles todo el día.
También presentes en España
En España existe en el País Vasco un grupo de pañoletas blancas. Son unos 30 miembros cuya edad va de los 20 a los 60 años. “Nuestra organización viene basada en los ‘Foulards Blancs’, scouts franceses que se comprometieron a la ayuda de los enfermos en Lourdes. Y nosotros nos apuntamos al mismo tema. Porque en nuestro territorio hay mucha devoción a la Virgen de Lourdes”, explica Lorenzo Horna, responsable del grupo de San Sebastián.
Además, explica que “los días que estamos en Lourdes nos los pagamos nosotros. Son días de fiesta que tenemos que pedir en el trabajo. Pero recibes la satisfacción de ayudar a los demás, algo bastante sencillo. Ayudar a otros satisface y llena. Obtienes esa alegría por haber aportado tu granito de arena a esas personas con minusvalías o enfermedad, que, por motivos religiosos o de otro tipo, quieren ir a Lourdes”.
Historia de los scouts en Lourdes
Las primeras referencias a los scouts en Lourdes se fechan en 1922, fecha de la primera presencia de scouts franceses al servicio de los enfermos. Pero fue en 1926 cuando por indicaciones del padre jesuita Jacques Sevin se constituyó la comunidad de Foulards blancs, cuya tarea principal sería la ayuda a los enfermos en Lourdes.
