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Lo que el Papa Francisco dijo sobre la Virgen María en Suecia ante las autoridades luteranas 

Los cristianos luteranos reconocen a María como Virgen Madre de Jesús, y muchos de ellos reconocen cierta veneración por ella, que en iglesias luteranas de tradición más litúrgica, como las de Escandinavia, incluye la celebración de algunas fiestas marianas en el calendario.

Sin embargo, con todo, María es "incómoda" en el protestantismo, y más aún la cálida devoción católica a la Madre de Dios como protectora, madre de la Iglesia e intercesora. 

Pero nada de esto impidió que el Papa aludiera en diversas ocasiones a la Virgen María este pasado domingo en el estadio abierto de Malmö, en su viaje a Suecia, durante la homilía de la Misa de Todos los Santos y durante el ángelus que le siguió. Estaban entre los asistentes representantes y delegados de la Iglesia luterana de Suecia (incluyendo su mayor jerarca, la Arzobispesa de Uppsala) y de la Federación Luterana Mundial. En ellos pensó, sin duda, Francisco, cuando habló de María.

Misa en latín, predicación en español
Ante unos diez mil asistentes, buena parte de ellos emigrantes católicos de todo el mundo, en una misa en latín con lecturas en sueco, el Papa predicó en su español natal. Siendo el Día de Todos los Santos, recordó que "si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices. Han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso, a los santos se les llama bienaventurados. Las bienaventuranzas son su camino, su meta, su patria”. 

Recordó a dos santas que nacieron en Suecia: María Elisabeth Hesselblad, conversa del luteranismo y reformadora de las brigidinas (contamos su historia aquí en CariFilii), y Brigitta Vadstena, es decir, Santa Brígida de Suecia, patrona de Europa.

Y recordó que “la llamada a la santidad es para todos”, pidiendo a “nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos”, que seamos “bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad”.


  Con sus característicos casquetes, unas religiosas
brigidinas saludan al Papa Francisco en Malmö

Ángelus con los luteranos
Acabada la misa, antes de rezar la oración mariana del Ángelus, saludó a la arzopispesa de la Iglesia de Suecia, al Presidente y al Secretario General de la Federación Luterana Mundial, al cuerpo diplomático presente en el estadio y dijo: "En nuestra vida no estamos solos, tenemos siempre el auxilio y la compañía de la Virgen María, que se nos presenta hoy como la primera entre los Santos, la primera discípula del Señor. Nos abandonamos a su protección y le presentamos nuestras penas y alegrías, nuestros temores y anhelos. Todo lo ponemos bajo su amparo, con la seguridad de que nos mira y nos cuida con amor de madre. Queridos hermanos, les pido que no olviden rezar por mí. Yo los tengo también muy presentes en mi oración. Y ahora saludemos juntos a la Virgen con la oración del ángelus”.

De vuelta a Roma, como acostumbra a hacer tras sus viajes internacionales, el Papa acudió de nuevo al santuario de María Salud del Pueblo Romano, entregando flores a la Madre de Dios en agradecimiento por el viaje de dos días a Suecia y orando para que por su intercesión los frutos sean abundantes.

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