La Virgen del Abrazo, una bonita talla de madera situada en el madrileño parque de Valdebebas, sigue en el punto de mira políticos de corte laicista que están empeñados en eliminar esta imagen de María abrazando a su hijo en nombre de la aconfesionalidad del Estado.
Sin embargo, lo que no esperaba el PSOE, especialmente el concejal socialista Ramón Silva, es la resistencia que está encontrando en los vecinos de la zona, que se están movilizando para que este edil no se salga con la suya de talar el tronco en el que está la escultura de la Virgen.
Será el próximo 29 de enero cuando el Pleno del Ayuntamiento de Madrid decida el futuro de la imagen, o bien quedarse en el parque de Valdebebas o ser trasladada a un lugar cerrado perteneciente a la Iglesia. Sin embargo, los vecinos del distrito en el que se encuentra esta imagen lleva tiempo organizados a través de la Asociación Madrileña de Amigos de la Virgen del Abrazo (AMAVA), llegando incluso a conseguir el apoyo de la alcaldesa Manuela Carmena, declarada política de izquierdas, y que gobierna gracias al apoyo del PSOE en el Ayuntamiento.
La pasada semana, los representantes de esta asociación se llegaron a reunir con la propia Carmena. “La alcaldesa estuvo muy receptiva y nos dijo que estaba muy contenta de que la imagen estuviera en el parque, que le parecía preciosa y que no quería que se fuera”, cuenta Inmaculada, una de estas vecinas, al semanario Alfa y Omega.
Del mismo modo, la alcaldesa les dijo que “le gustaba el nombre que le habíamos dado a la Virgen, y que incluso va en línea con el lema del Ayuntamiento: Madrid te abraza”, y estos vecinos indicaron también que Carmena “accedió a nuestra petición de intermediar para resolver esta situación. Hablamos incluso de la posibilidad de introducir en esa zona del parque más esculturas de madera, como en algún otro parque que hay en Europa”.
Al mismo tiempo, “nos pidió que estuviéramos disponibles para hablar con los vecinos que están en contra” de la imagen, dice Inmaculada, que lamenta que “sean solo unos pocos los que están oponiéndose, con tanta intolerancia”, y que “la quieran quitar a toda costa”.
Hasta entonces, en AMAVA seguirán insistiendo en que “esta imagen no hace daño a nadie. En la asociación hay vecinos de todos los colores y de todos los ámbitos, con diferentes formas de pensar, como una muestra de la integración que hay en el vecindario. Estamos a favor de una diversidad enriquecedora. Y queremos que de todo esto salga una obra social en beneficio del barrio, lo queremos y nos pondremos a ello con mucha ilusión, para dar abrazos a los vecinos más vulnerables que hay entre nosotros”.
María, Puerta del Cielo, ruega por nosotros