«Marcelino Pan y Vino» fue dirigida en 1954 por Ladislao Vajda, basada en la novela del mismo nombre de José María Sánchez Silva. Es una de las películas españolas más reconocidas internacionalmente de la historia. Todas sus escenas tocan el corazón y el alma, pero quizá ninguna como aquella en la que Pablito Calvo encuentra en el Crucificado la respuesta a una de las grandes inquietudes de su corazón.