Este domingo un grupo de familias se consagraba en Madrid a la Virgen, precisamente en una jornada especialmente mariana, la festividad de la Virgen de Lourdes. No fue un acto repentino ni improvisado sino que todas ellas se habían preparado durante semanas para entregarse completamente a María, y a través de ella al mismo Cristo. Y lo hacen siendo misioneros en sus vacaciones, ofreciendo su tiempo libre a la evangelización, tal y como harán esta próxima Semana Santa. (Conozca aquí más sobre esta experiencia misionera).
Para ello, este grupo se consagró a través del método de los 33 días que propuso San Luis María Grignon de Montfort, basado en el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, que el santo escribió a principios del siglo XVIII.
El propio San Juan Pablo II reconoce su influencia
Papas y santos se han consagrado a María a través de este método y lo han recomendado como algo bueno para el cristiano. El propio San Juan Pablo II escribía en su encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignon de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso cristiano”. Y confesaba más adelante que “la doctrina de este santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida”.
De este modo fue como estas familias madrileñas quisieron hacer esta consagración en la festividad de Lourdes. Los 33 días previos a la consagración están precedidos de una seria preparación para tomar conciencia de la importancia de este acto. Mediante la lectura y meditación de unos textos y con el rezo de distintas oraciones se realiza esta preparación que culmina en la consagración a María. Pero el ser de María no es el final sino un medio para llegar a Cristo y llevarle a los demás.
Familias misioneras durante la Semana Santa
Por ello, una vez que estas familias se consagraron a la Virgen en una misa que presidió el obispo de Ebibeyin (Guinea Ecuatorial), monseñor Miguel Ángel Nguema, todas ellas pretenden seguir sirviendo a Jesús y María como misioneros en su tiempo libre a través de Familia Misionera.
Como ellos, otras cientos de familias ofrecen sus vacaciones a la Virgen en distintos puntos de la geografía española. Desde el Miércoles Santo y durante toda la Semana Santa ayudan a párrocos de pueblos de zonas rurales que están desbordados durante estas fechas al tener que atender varias localidades ellos solos.
Es una forma de ayudar y evangelizar durante las vacaciones pero también un fuerte testimonio para los niños de estas familias, que se convierten en misioneros durante estos días.
¿Para qué sirven estas misiones de Semana Santa? Familia Misionera lo resume perfectamente en tres puntos:
- Vivir la Semana Santa en un ambiente de oración junto a nuestros hijos.
- Servir a la Iglesia a través de los párrocos, dando testimonio de nuestra fe en zonas rurales.
- Vivir y compartir con otras familias la alegría de la fe.
En los pueblos… y en la ciudad
La labor de estos misioneros consiste en dar testimonio de su fe por las calles y las casas, ayudar a preparar los oficios y las celebraciones, visitar a los ancianos y los enfermos… Pero, sobre todo, en ser testimonio de familias y jóvenes que, con su sola presencia y su alegría, hacen interrogarse y preguntarse a otros por su fe. Para muchas familias, además, es una oportunidad única de transmitir la fe a los hijos y compartirla en familia.
Pero estas misiones familiares no se circunscriben a las vacaciones de Semana Santa sino que durante el año también realizan misiones urbanas. Se llaman Solnight y en ellas familias enteras con sus hijos salen a la calles a anunciar y testimoniar la fe. En Madrid se celebran en la iglesia de San Pedro el Viejo.
Pinche AQUÍ para saber más sobre Familia Misionera
María, Reina de las Familias, ruega por nosotros