“La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia, no podía olvidar la figura de aquella Mujer (cf. Gál 4,4), la Virgen María, que es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia”. Así comienza el decreto del Papa Francisco que presentó el sábado 3 de marzo el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, por el que se ordena la celebración y la inscripción de la memoria de la “Bienaventurada Virgen María Madre de la Iglesia”, el lunes siguiente a Pentecostés, en el Calendario Romano General.
Según el cardenal Sarah, “el motivo de la celebración se describe brevemente en el mismo decreto, que recuerda la madurada veneración litúrgica a María tras una mejor comprensión de su presencia ‘en el misterio de Cristo y de la Iglesia’, como explicó el capítulo VIII de la constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II”.
Recordando luego al Beato PabloVI y a SanJuan Pablo II, además del Magisterio de otros pontífices, el purpurado señaló también que el Papa Francisco ha establecido esta celebración “considerando la importancia del misterio de la maternidad espiritual de María, que desde la espera del Espíritu en Pentecostés (cf. Hch 1,14) no ha dejado jamás de cuidar maternalmente de la Iglesia, peregrina en el tiempo”.
Tres misterios del amor de Dios al mundo: la Cruz de Cristo, la Hostia y la Virgen
“Esperamos que esta celebración, extendida a toda la Iglesia, recuerde a todos los discípulos de Cristo que, si queremos crecer y llenarnos del amor de Dios, es necesario fundamentar nuestra vida en tres realidades: la Cruz, la Hostia y la Virgen: Crux, Hostia et Virgo. Estos son los tres misterios que Dios ha dado al mundo para ordenar, fecundar, santificar nuestra vida interior y para conducirnos hacia Jesucristo. Son tres misterios para contemplar en silencio», afirma el documento
El cardenal Sarah escribe asimismo que esta celebración ya está en el calendario proprio de algunos países como Polonia y Argentina. El decreto establece asimismo que “donde la celebración de la bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, ya se celebra en un día diverso con un grado litúrgico más elevado, según el derecho particular aprobado, puede seguir celebrándose en el futuro del mismo modo”.
María, Reina de las Familias, ruega por nosotros.