Tan sólo el 14% de la población escocesa es católica. Pero esta minoría vivió el pasado domingo una jornada histórica después de que tanto los obispos del país como los fieles se reunieran en el santuario mariano nacional de Carfin para consagrar Escocia al Inmaculado Corazón de María.
La ceremonia fue una fiesta pese a la lluvia torrencial que cayó sobre las miles de personas que estaban allí presentes. “Hoy, consagramos a Escocia al Inmaculado Corazón de María. Expresamos juntos la tristeza por nuestra pecaminosidad personal y comunitaria, e imploramos la dirección y la fuerza de María que vivimos como nación cristiana”, dijo en la homilía el obispo Brian McGee, de la diócesis de Argyll y las Islas de Escocia.
Diputados piden que se reconozca la consagración
La consagración ha sido además apoyada por un grupo de diputados escoceses, que han presentado una moción en el Parlamento en la que piden que la Cámara reconozca y se una a esta consagración pues consideran que se produce para el bien de Escocia.
El texto fue presentado por la diputada laborista católica Elaine Smith y se han unido a él miembros de otro partido como Stewart Stevenson, Richard Lyle, Alex Rowley, Clare Adamson, Donald Cameron y Neil Findlay.
En total, siete parlamentarios que piden en la moción que se reconozca la importancia de la consagración y reconocer que tanto los obispos como los católicos de Escocia rezan por los políticos y el Gobierno.
El texto de la moción que presentaron el pasado 31 de agosto decía:
“Los obispos católicos de Escocia consagrarán la nación al Corazón Inmaculado de María el 3 d septiembre de 2017; los obispos rezarán por Escocia en el Santuario Mariano de la Gruta de Carfin, cerca de Motherwell, pidiendo que Escocia tenga un renovado deseo de buscar la verdad y entienda que al mismo tiempo rezarán por todos los parlamentarios y el gobierno, para que desempeñen su labor en la construcción de una verdadera civilización del amor y se esfuercen por crear un lugar donde todas las personas sean valoradas, donde los pobres, excluidos y marginados no sean olvidados y sea un lugar donde la gente pueda practicar su fe”.
«¡Qué fuerza y cuánto bien para Escocia!»
La consagración se ha celebrado aprovechando que en 2017 se celebra el centenario de las apariciones de la Virgen María en Fátima. En su alocución ante miles de personas empapadas por la fuerte lluvia, el obispo McGee recordó que todos los allí presentes no sólo estaban consagrando al país sino a ellos mismos al Corazón de María.
El prelado pidió a los católicos que imaginaran si todos ellos estuvieran decididos a decir sí a Dios en todo momento y en toda circunstancia. “¡Qué fuerza y cuánto bien para Escocia!”, exclamó el obispo.
“Nuestras madres son algo precioso para nosotros. Incluso si murieron hace muchos tiempo, sabemos que nos amaron y que querían lo mejor para nosotros. Pues Nuestra Madre Celestial nos ama y sólo quiere lo mejor para nosotros”, añadió.
Además, el obispo escocés agregaba que “hace cien años en Fátima, Nuestra Señora insistió a sus hijos en que su Inmaculado Corazón triunfará. Nuestra Señora nos recordó que el pecado ciertamente sí tiene fuerza en el mundo. Pero una persona que confía en la gracia de Dios, rechaza el pecado y abraza los caminos de Dios, esa persona también triunfará. El Corazón de Inmaculado de María es tanto un consuelo como una inspiración para nosotros”.