Las circunstancias son duras en Tierra Santa: Israel intercambia misiles con Irán, bombardea Líbano y mantiene bloqueada Gaza donde no deja entrar ayuda humanitaria.
Naciones Unidas informa de que a 28 de octubre ya serían unas 43.000 personas las que han muerto en la Franja de Gaza a causa de la operación militar israelí, la inmensa mayoría civiles, incluyendo 13.500 niños, si bien las cifras las da el Ministerio de Sanidad gazatí controlado por Hamás.
Por otra parte, se cumplen 23 días de asedio y bloqueo al norte de Gaza, donde Israel no deja llegar ayuda humanitaria. Portavoces de la ONU en la zona hablan de miles de personas en riesgo de morir y de «flagrante desprecio por la humanidad básica» por parte de las fuerzas israelíes. Israel incluso prepara leyes (aún han de votarse) para impedir actuar a la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Los cristianos rezan con la Reina de Palestina
En ese contexto, los católicos de Tierra Santa acuden en oración a la Virgen María, en su advocación de Reina de Palestina, cuya fiesta se celebra siempre el último fin de semana de octubre. El sábado 26, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, presidió las celebraciones de la Reina de Palestina, patrona de la diócesis (es decir, del Patriarcado Latino, que cubre Israel, Palestina, Jordania y Chipre), con una misa y procesión en el Santuario de Nuestra Señora, en Deir Rafat, que atienden religiosas de la Familia Monástica de Belén.
Más de 2.000 cristianos acudieron a orar al santuario de la Reina de Palestina, incluyendo clérigos, religiosos y religiosas, seminaristas, Caballeros y Damas del Santo Sepulcro, Caballeros de Malta, estudiantes de las escuelas cristianas de Jerusalén y fieles de varias parroquias de la diócesis. Estaban también los obispos auxiliares y de otros ritos católicos. Oraron por la Iglesia y por el pueblo de Tierra Santa, y por renovar sus corazones con valor, fe y amor.
María, vestida de sol, muestra que Dios vencerá
El cardenal Pizzaballa abordó el papel de la Virgen María como intercesora e inspiradora en tiempos malos. Comentando el texto del Apocalipsis (Ap 12, 3-4), insistió en que el poder del mal al final «es impotente contra el poder del amor que genera vida» que está representado por la «mujer vestida de sol». Animó a los cristianos a dar testimonio del reino de Dios con «trabajo y palabras».
En un contexto de violencia y odio creciente, pidió construir relaciones basadas en la dignidad, la justicia y la paz, resistiendo a la tentación de caer en el miedo, el egoísmo y la búsqueda del poder. «El mal no tendrá la última palabra en sus vidas ni en la vida de Tierra Santa», proclamó.
William Shomali, el Vicario General, dirigió una oración final a la Reina de Palestina, pidiéndole que proteja la tierra que la vio nacer y que guíe a los fieles hacia el triunfo de la verdad y la justicia, acompañándolos en su viaje terrenal hacia el cielo.
Un santuario mariano especial
El santuario de la Reina de Palestina y de Tierra Santa fue construido en 1927 y está a medio camino entre Tel Aviv y Jerusalén. Fue durante mucho tiempo un lugar de acogida de niños y luego se convirtió en casa de retiros espirituales.
El techo de la iglesia está decorado con las palabras del saludo angelical a María “Ave María” en 280 idiomas. Es el centro de un edificio con dos alas: una es para la hospitalidad y los centros de formación profesional y la otra es para la comunidad de monjas de la Familia Monástica de Belén, a quien el anterior Patriarca, Fouad Twal, encargó su custodia en 2009.
Fotos de la Misa y procesión en Nuestra Señora Reina de Palestina aquí en el Facebook del Patriarcado latino.
