¿Será reconocida algún día la advocación de María como Reina de la Infancia Espiritual? Hay alguien que está ya dando los primeros pasos en ese sentido: Carmen Margarito, madre de cinco hijos, abogada jiennense que llegó a Madrid para conseguir la reunificación familiar, pues su marido residía en la capital desde hacía un año por razones de trabajo.
La historia la cuenta José Calderero de Aldecoa en Alfa y Omega. El origen de esta iniciativa mariana se encuentra en la gratitud de la familia, recién instalada, hacia el colegio Tajamar, en el que ingresaron los niños. Los apuros propios de todo recién llegado «se vieron amortiguados por el cariño que nos demostraron desde ese cachito de Iglesia que hay en Vallecas: el colegio Tajamar, el templo de San Alberto Magno…» Quisieron devolver ese favor promoviendo «un piropo a la Virgen».
La primera idea de alabarla bajo esta nueva forma surgió durante la primera confesión de uno de los hijos: «Estábamos dentro de la iglesia, el resto de mis hijos pequeños no paraban de pelearse, los adolescentes me decían: ‘Mamá, qué rollo, yo me quiero largar ya de aquí’. En ese momento, solté: ‘No, María es la Reina de la Infancia Espiritual‘», cuenta Carmen, quien para entonces se había reciclado profesionalmente como profesora de Religión. Y empezó a rezarle de esa manera: «Le empecé a pedir que me ayudara en mi relación con Dios como hija pequeña y potencié mi trato con mi Madre del cielo con la confianza, incluso con el descaro, de los niños pequeños».
«La sorpresa de Carmen Margarito fue mayúscula cuando se sintió escuchada al rezar de esta forma», afirma Calderero, así que «el siguiente paso fue compartirlo, de forma natural, con sus amigas». Carmen preguntó a mariólogos si existía alguna advocación referida a la Infancia Espiritual: «Carmen, no digas tonterías», fue la respuesta. Pero ella buscó y encontró una imagen «que reflejara la ternura de la Virgen con los niños», imprimió 500 estampas y empezó a repartirlas.
Empezó así una aventura de difusión capilar que ha llevado la iniciativa ya a los cinco continentes. «Fuera de España el país donde más ha cuajado el mensaje es en Estados Unidos. Nos piden estampas constantemente. Sospecho que allí están tan cansados de todo que cala muy bien el mensaje de infancia, sencillez y humildad«, comenta Carmen al periodista de Alfa y Omega.
En la actualidad, se han impreso y distribuido más de 87.500 estampas. El siguiente paso es convertirse en una asociación «compatible con todos los carismas de la Iglesia».
Parece, por lo demás, que rezar con esa estampa surte efecto: «Detrás de la estampa hay un email y nos escriben muchos correos electrónicos contándonos conversiones después de rezar con la estampa», y también se ha producido algún posible milagro físico: «La primera que nos escribió fue una señora que nos decía que a su hermana le habían operado de cáncer pero no le cicatrizaba la herida. Llevaban tres meses en esta situación hasta que alguien le dio una estampa de la Reina de la Infancia Espiritual. Tras rezarla, la herida se cerró en menos de 24 horas».
Carmen concluye afirmando que no pretende crear una nueva advocación mariana: «Ni siquiera sé qué pasos hay que dar para ello. Pero si eso es lo que quiere la Virgen, ella me irá indicando el camino».